viernes, mayo 27, 2016

ECOS DE LA REFINERÍA DE PENCO, IMÁGENES PATRIMONIALES

Las bodegas que usó la Refinería, en calle Talcahuano, a la entrada del desaparecido muelle.
La fotografía superior ya es clásico en la historia de Penco del siglo XX. Las edificaciones perfectamente alineadas, con muy linda línea arquitectónica, estuvieron en calle Talcahuano, entre Freire y la línea del ferrocarril. Nótese en la calzada el tendido de rieles donde operaban los carros con su carga de azúcar y que eran arrastrados por locomotoras.
Vista actual de la calle Talcahuano, en un ángulo parecido al de la foto de arriba.

El espacio destinado a bodegaje que se ve en la primera fotografía ha sido reemplazado por un moderno establecimiento educacional. Los rieles tendidos en la calle, que permanecieron a la vista durante largos años, fueron retirados y la calzada pavimentada durante la actual administración municipal de Penco.
El coro polifónico refinero en plena actuación.
Trabajadores y trabajadoras de la Refinería o sus hijos participaron durante muchos años del coro polifónico con actuaciones de excelencia tanto en el espacio refinero como para la comunidad en general en la plaza de Penco. 
La música fue una actividad importante desarrollada por los trabajadores refineros. 
El recordado Orfeón de la CRAV tuvo destacada participación en desfiles tanto en Penco como en Lirquén. Sus instrumentos de bronce y de percusión fueron muy bien ejecutados por sus músicos. Las marchas de la banda refinera quedarán por siempre en el recuerdo.


Sala de urgencia de la antigua clínica de la Refinería.
La Refinería contó con una clínica para sus trabajadores cuyo edificio estuvo en la calle Las Heras entre San Vicente y Talcahuano. Luego se trasladó a unas edificaciones de madera en la calle Mebrillar entre Freire y la línea ferroviaria.
La seguridad de los trabajadores fue una gran preocupación de la empresa refinera.


Un gran letrero hecho en latón estuvo por años adherido a uno de los muros externos de la antigua planta termoeléctrica, dentro del recinto de la fábrica. Su contenido fue un llamado al autocuidado de los trabajadores. El empleado a cargo de la funciones de seguridad y de relaciones públicas en CRAV fue Manuel Palma.

Textos y fotografías de la desaparecida Refinería de Azúcar de Penco se pueden encontrar todavía hoy en la revista editada por la empresa. Imagen de un ejemplar publicado en 1937.




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