lunes, febrero 20, 2017

UNA NOTA DE RECONOCIMIENTO A LAS ATENCIONES EN EL HOSPITAL DE LIRQUÉN

Nota de la editorial: Don Juan Espinoza Pereira nos ha hecho llegar la siguiente carta referida a los servicios recibidos en el Hospital de Lirquén que reproducimos en su integridad. Muchas gracias.
Hospital de Lirquén, foto tomada de Internet www.soychile.cl
Penco para recordar y felicitar

Por Juan Espinoza Pereira

Quienes hemos abandonado el terruño donde se ha nacido y criado una parte de la vida, buscamos el momento propicio para volver a la matria, aquella que nos cobijó y nos permitió darle sentido a  nuestro existir. Claro  que cada viaje  requiere una reinvención, pues no podemos dejar de reconocer que cada cual ha encontrado nuevas matrias que nos han permitido un desarrollo personal y profesional. En mi caso personal, la vuelta a Penco me significa ir al encuentro de imágenes que mucha de las veces están en mi memoria pues los paisajes pencones cambian en cada viaje, muy en particular en los últimos años: ciudad limpia, con jardines, iluminada, organizada y con nuevos edificios pos terremoto-tsunami. Los paisajes de mi infancia ya no existen o han sido transformados por la nueva mirada de los pencones (eso está muy bien por cierto); es por ello que en cada viaje recorro la ciudad a pie por muchos recovecos y calles para fotografiar lo que va quedando. Por ejemplo, hay un arreglo en calle Blanco/Toltén y procuré tomar una foto de las soleras de piedra  traídas desde La Cata y talladas a mano (sólo van queda  no más de 20 soleras de aquellas en esa calle) en la década de los ´50. Esto sólo para dar un ejemplo; Sin lugar a dudas que Penco está más vivo, más hermoso.

Pero este escrito tiene otro propósito, cual es: poner en la palestra el funcionamiento del Hospital de Lirquén, no siempre bien ponderado por la comunidad. Permítanme felicitar a todo el personal que trabaja en la Unidad de Urgencia del Hospital. El día jueves 08 de febrero a las 20:30 horas  debí recurrir a la Unidad de Urgencia debido a una enfermedad de mi madre. Tamaña fue mi sorpresa al encontrar un Hospital en etapa de finalización de su construcción, pero en particular la asepsia en su interior, el orden reinante y la prontitud en la atención a pesar del número considerable de personas, muy en especial a la tercera edad. La modernización de la implementación no tiene que envidiar a una clínica particular, pero lo que más me impresionó fue la calidez humana del equipo que debe hacer su turno en la noche;  desde la señora auxiliar, los paramédicos, enfermeras y médico así como la señorita que estaba en recaudación. Reitero la esmerada atención no era sólo para mi familia sino para todo los paciente.
Quizás lo que más impactó fue la actitud de una enfermera que se ocupó de una señora que venía sola y con un problema médico delicado, lloraba de manera desconsolada, pero esa enfermera invirtió una parte importante de tiempo para contenerla, consolarla hasta que logró provocarle una sonrisa. Esto que acabo de describir no se produce en todas partes y no me lo cuenta nadie. En virtud de lo anterior es que a través de este sitio web manifiesto mi admiración y felicito a todo el personal que hizo turno de noche ese día jueves 08 de febrero (la felicitación y agradecimiento lo hice en el cuaderno del Hospital). Lamentablemente no tengo el nombre de las personas que atendieron a mi madre, porque también me llamó la atención cómo es el uso de la informática en el Hospital de Lirquén donde cada paso que dan los funcionarios queda registrado en una hoja que tiene el paciente.

De vuelta en mi matria atacameña, recuerdo este hermoso episodio y que muchas veces los funcionarios públicos no son valorados por sus gestos cotidianos y que hacen que Penco tenga una nueva vida.

Copiapó, verano de 2017.                                                                   

No hay comentarios.: