Pedro Cerda, con muletas, días antes del viaje a Santiago a pie de su profesor, don Eduardo Campbell. (Fotocopia de revista VEA facilitada por el vecino de Cerro Verde, Guillermo Pedreros). |
Veamos
sólo un caso, el del joven pescador Pedro Cerda. Por algún motivo, el muchacho
sufrió un accidente que le significó perder sus dos piernas a la altura de los
muslos. En esos tiempos no era fácil obtener una silla de ruedas, así que el
joven quedó en la invalidez absoluta. Había sido alumno de la escuela N°34
creada hacía unos años por Campbell. Consciente el profesor que había que hacer
algo frente a esta dramática situación decidió actuar.
Sin
duda debe haber muchos vecinos de Penco, Cerro Verde y Lirquén que recuerdan
todavía la prueba épica que acometió el profesor Campbell para conseguir
piernas ortopédicas para Pedro. Decidió viajar a Santiago para abordar este
problema con las autoridades máximas del país, sin duda se presentaría en La
Moneda. Pero, el viaje lo haría a pie, de ida y de vuelta. Comunicó convenientemente
su propósito a la Municipalidad de Penco de la época y ésta, a su vez anunció
la marcha de Campbell a los otros municipios en el camino con el fin que le
prestaran apoyo. Los medios de comunicación (los diarios) hicieron lo suyo. Así
el profesor emprendió el viaje…
La
revista de circulación nacional VEA, dirigida por el prestigioso periodista
Genaro Medina, enganchó con esta cruzada en solitario y la publicación informó
finalmente que las piernas ortopédicas para Pedro Cerda fueron una realidad.
Así
actuaba el profesor, con decisión; concebía un camino de solución para un
problema y se ponía, de inmediato, manos a la obra. El “villorrio” de Cerro
Verde de hoy sería distinto, decíamos, de no haber tenido a un maestro tan
notable como el señor Eduardo Campbell.
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