miércoles, julio 19, 2017

UNA CRUZADA ÉPICA DEL PROFESOR CAMPBELL EN CERRO VERDE

   
Pedro Cerda, con muletas, días antes del viaje a
Santiago a pie de su profesor, don Eduardo Campbell.
(Fotocopia de revista VEA facilitada por el vecino de
Cerro Verde, Guillermo Pedreros).
D
on Eduardo Campbell Saavedra fue el hombre preciso para aquellos tiempos de la historia de Cerro Verde. La dimensión de su personalidad era extraordinaria. Podía encarar en forma correcta incluso al Presidente de la República para tocar su sensibilidad. Supo usar los medios de comunicación para su causa y aprovechó la maquinaria del estado para actuar. De no haber sido por esa cualidad de poner el dedo en las emociones, el “villorrio” habría tenido que esperar muchos años más para conseguir una escuela y algunos de sus humildes habitantes no habrían obtenido lo que necesitaban con urgencia.
    Veamos sólo un caso, el del joven pescador Pedro Cerda. Por algún motivo, el muchacho sufrió un accidente que le significó perder sus dos piernas a la altura de los muslos. En esos tiempos no era fácil obtener una silla de ruedas, así que el joven quedó en la invalidez absoluta. Había sido alumno de la escuela N°34 creada hacía unos años por Campbell. Consciente el profesor que había que hacer algo frente a esta dramática situación decidió actuar.
    Sin duda debe haber muchos vecinos de Penco, Cerro Verde y Lirquén que recuerdan todavía la prueba épica que acometió el profesor Campbell para conseguir piernas ortopédicas para Pedro. Decidió viajar a Santiago para abordar este problema con las autoridades máximas del país, sin duda se presentaría en La Moneda. Pero, el viaje lo haría a pie, de ida y de vuelta. Comunicó convenientemente su propósito a la Municipalidad de Penco de la época y ésta, a su vez anunció la marcha de Campbell a los otros municipios en el camino con el fin que le prestaran apoyo. Los medios de comunicación (los diarios) hicieron lo suyo. Así el profesor emprendió el viaje…
   La revista de circulación nacional VEA, dirigida por el prestigioso periodista Genaro Medina, enganchó con esta cruzada en solitario y la publicación informó finalmente que las piernas ortopédicas para Pedro Cerda fueron una realidad.

    Así actuaba el profesor, con decisión; concebía un camino de solución para un problema y se ponía, de inmediato, manos a la obra. El “villorrio” de Cerro Verde de hoy sería distinto, decíamos, de no haber tenido a un maestro tan notable como el señor Eduardo Campbell.

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