Don Luis Barra fue el corresponsal
del diario La Patria, de Concepción, perteneciente a la cadena SOPESUR. Ese
medio ya no existe, cerró allá por 1970. El señor Barra escribía muy
bien y le gustaba enlazar situaciones locales con lo que ocurría en el mundo.
Cuando preparaba sus textos para ser publicados apelaba a esa herramienta, sin
duda, para hacer sus crónicas más entretenidas. Por esa virtud, la
respetabilidad de su persona y el seguimiento que hacía de los hechos era
estimado en el diario, donde sus notas tenían acogida y se las destacaba. Por ese motivo La Patria incluía más informaciones de Penco y Lirquén que el diario El Sur de la época orientado más a Talcahuano, la ciudad
y el mundo.
Traigamos a lo menos un testimonio de
lo señalado más arriba. En el último trimestre de 1958, la comunidad de Penco
recibiría oficialmente el Grupo Escolar frente a la plaza (hoy la Escuela Isla
de Pascua) que estaba en su fase final de construcción. El inmueble de tres
plantas, casi listo, había sido edificado por la empresa Danilo Valdovinos. El
señor Barra vio que cuando se iniciaron los trabajos comenzó de inmediato un
gallito soterrado de quién se quedaría finalmente con el Grupo Escolar.
Los contendientes eran la escuela 32 de niñas y la 31 de niños, que provenían del mismo caserón incendiado en 1955 y cuyos alumnos estaban repartidos en distintos establecimientos de la ciudad. Como en este gallito no había fuego de por medio sino que era sólo mostrarse los dientes, el corresponsal la calificó «la guerra fría de Penco».
El conflicto remató en el escritorio del director provincial de educación, don Efraín Campana Silva, quien sería el juez en el asunto, no fácil por lo demás. En tanto, don Luis Barra, seguía informando a través de La Patria los avances y retrocesos de esta disputa. Incluso un grupo de padres y apoderados de la N° 31, encabezados por el comerciante don David Queirolo (dueño de la ferretería «El Ancla»), llegó a la redacción del diario a estampar su preocupación porque a los niños de Penco ─no así las niñas─ se los dejaría afuera del nuevo Grupo Escolar. Dirigentes de la N° 32, en tanto, hacían movidas en la intendencia provincial para obtener la exclusiva y quedarse con el inmueble.
Los contendientes eran la escuela 32 de niñas y la 31 de niños, que provenían del mismo caserón incendiado en 1955 y cuyos alumnos estaban repartidos en distintos establecimientos de la ciudad. Como en este gallito no había fuego de por medio sino que era sólo mostrarse los dientes, el corresponsal la calificó «la guerra fría de Penco».
El conflicto remató en el escritorio del director provincial de educación, don Efraín Campana Silva, quien sería el juez en el asunto, no fácil por lo demás. En tanto, don Luis Barra, seguía informando a través de La Patria los avances y retrocesos de esta disputa. Incluso un grupo de padres y apoderados de la N° 31, encabezados por el comerciante don David Queirolo (dueño de la ferretería «El Ancla»), llegó a la redacción del diario a estampar su preocupación porque a los niños de Penco ─no así las niñas─ se los dejaría afuera del nuevo Grupo Escolar. Dirigentes de la N° 32, en tanto, hacían movidas en la intendencia provincial para obtener la exclusiva y quedarse con el inmueble.
En un intento por ponerle paños fríos
a este conflicto, el señor Barra recordaba en sus crónicas que desde los
inicios, toda la comunidad había
desplegado esfuerzos por construir el Grupo Escolar. Se incluían los profesores,
los sindicatos de Fanaloza, de la Refinería, las empresas, el comercio. Y la
idea central detrás del proyecto era contar con un local digno tanto para los
niños como para las niñas de Penco.
Un segmento de una publicación del diario La Patria ( 1958, agosto) sobre el conflicto entre las escuelas. |
Matilde Avendaño |
Así terminaba al menos por encima la
guerra fría, intuida, descubierta y comunicada a través de la prensa por el
corresponsal don Luis Barra. Decimos «por encima» porque las diferencias
siguieron por debajo, donde el plantel docente de la 32 puso sus condiciones,
por ejemplo el uso exclusivo del teléfono que había en su oficina. Los
profesores de la 31 no tenían acceso. Pero, esa guerra es parte de otra
historia. Hoy en día el Grupo Escolar es uno solo: Escuela Isla de Pascua.
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