domingo, junio 28, 2020

UCRANIANO CAÍDO AL MAR DE UN BUQUE ESTUVO A PUNTO DE MORIR DE FRÍO EN LA BAHÍA


   El pasado 26 de junio de 2020, un hecho muy raro difundió la prensa electrónica y del que investigó poco: desde un barco de contenedores, de bandera ucraniana, que abandonaba Talcahuano, cayó un tripulante al mar. La situación ocurrió en la tarde de ese día en algún punto de la bahía a poco que la nave saliera a alta mar por la boca grande. Como el periodismo penquista no averiguó, se produjo una doble interpretación del hecho: que el hombre cayó por accidente o que se lanzó al mar. Por la bajísima temperatura del mar, el marinero pudo morir por hipotermia. Sin embargo, de este  episodio ni siquiera supimos los nombres del barco ni del protagonista. Es lo que hay, por lo que nosotros vamos a unir los elementos disponibles de esta noticia y trataremos de reconstruir la historia.
          Por la bandera, ese barco tiene su base Odessa, el puerto de Ucrania en el Mar Negro, país que como sabemos es la cuna de los temidos guerreros cosacos. De seguro el buque regresaba al término de operar de carga y/o descarga en Talcahuano. Luego de zarpar, el tripulante ucraniano en cuestión caminó por la cubierta y, por alguna razón, se cayó al mar (primera versión). Si, por el contrario, se hubiera tirado de cabeza (segunda versión), igualmente hubiera caído a las frías aguas de la bahía. En ambos casos posibles eso fue definitivamente así. Y de aquí en adelante, la historia es más o menos sabida. El capitán ni nadie a bordo se dieron cuenta por lo que no hubo grito de «hombre al agua» y el barco siguió navegando. Mal, porque un capitán debe tener un control sobre su tripulación. Correspondía en tal caso informar al puerto y que la guardia costera apoyara en la ubicación del hombre. Pero, eso no ocurrió y al marino ucraniano no le quedó más opción que nadar a tierra firme en la dirección que le pareció más apropiada: la isla Quiriquina.
        Su decisión por proximidad no fue la mejor para su suerte, porque llegó a un recinto naval. Y allí un «cosaco» de guardia, nombre informal de los soldados de la infantería de marina de la Armada de Chile, lo tomó prisionero. El pobre ucraniano, mojado hasta la médula y aterido hasta el alma, fue conducido en esa condición a las instalaciones militares y más tarde entregado en calidad de detenido a la Policía de Investigaciones de Talcahuano. Al día siguiente fue dejado en libertad y la empresa naviera a la que pertenece fue informada del incidente.
        La segunda versión especula que en realidad el marino ucraniano se tiró al mar para pasar desaparecido y esperar a que lo dieran por muerto y que así su familia en Odessa pudiera cobrar un suculento seguro de vida. Si la verdadera trama fue ésa, en el cálculo del ucraniano sólo falló la playa que eligió. Su plan (supuesto) hubiera funcionado de haber nadado hacia Cocholgüe, pero aterrizó en las fauces mismas del león: marino de origen cosaco capturado en casa de «cosacos».
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POST SCRIPTUM: Consultado un ex capitán de una compañía naviera en Valparaíso, comentó este episodio señalando que era poco probable la caída al mar por accidente en virtud de todas las medidas de seguridad de los protocolos de navegación. Ningún tripulante caería al agua así como así. Por lo que cobra más peso la segunda hipótesis.

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