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El gran salto a la palestra de la selección chilena del joven jugador nacido en Gran Bretaña, Benjamin Brereton Díaz –y las esperanzas que los aficionados del fútbol han depositado en él–, dirige las miradas a Penco y retrotrae el interés por conocer parte del historial materno del jugador. Ya los medios han relacionado al futbolista con los antiguos dueños de Fanaloza, empresa fundada por los Díaz en la primera mitad del siglo XX, con el pater familia don Juan Díaz Hernández y sus numerosos hijos. Entre los ascendientes maternos de Brereton hubo quienes no fueron ajenos a la actividad futbolera, ellos también destacaron en el balompié regional y pencón como veremos.
Gregorio Díaz Vergara –en Penco lo conocíamos por Goyo– era primo* de Genaro Díaz Martínez, abuelo de Benjamín Brereton. Goyo fue un buen jugador de fútbol a fines de los años 60, quien por su talento pudo haber integrado la selección chilena. Así lo recuerda, en conversación con nuestro blog, el presidente de la Corte Suprema, Guillermo Silva Gundelach ex vecino pencón y también ex futbolista amateur. Nos dijo lo siguiente:
GUILLERMO SILVA GUNDELCH, Presidente de la Corte Suprema. (Foto: diariojudicial.cl). |
«Jugué con Goyo en el colegio de los Sagrados Corazones y en la Asociación de Fútbol de Huachipato. Era una especie de Honorino Landa, muy rápido y con un dribling endemoniado, cuando uno lo marcaba, no sabía para cuál lado iba a salir. Fue mucho mejor que Francisco Pinochet y Julián Urrizola, otros compañeros de colegio de esos tiempos que llegaron a la selección chilena. Su hermano Fernando Díaz, hoy médico, también jugaba. Sin embargo, Goyo era imparable en la cancha, pero nunca se interesó por el fútbol profesional. Falleció hace unos años».
F. PINOCHET y J. URRIZOLA en Dep. Concepción 1972. |
Era un espectáculo ver jugar a Gregorio Díaz Vergara en la cancha de Gente de Mar, por ejemplo, con la camiseta de Fanaloza. La gente le tenía gran estima y lo avivaba mientras Goyo hacía de las suyas en el área rival, dejando atrás, a muchos del equipo contrario. Hay que destacar que jugaba de igual a igual con jugadores pencones, muchos de ellos obreros de la fábrica locera. Para él no había distinciones sociales, el fútbol homologaba a todos en la cancha.
Otro miembro de la familia Díaz fue Guillermo Díaz B., persona que llegó a ser el complemento perfecto que tuvo la industria Fanaloza a comienzo de los años 50. Por esos días había asumido una gerencia en la fábrica, creada por su abuelo, pero para él, lo que realmente le llenó el gusto fue haberse convertido en el presidente del Club Deportivo Fanaloza, al alero de la empresa. En 1949 el club locero se incorporó al Campeonato Regional como protagonista, torneo que debutaba en la zona. Guillermo Díaz fue un apasionado del fútbol. No sólo potenció la plantilla del CD Fanaloza con la incorporación de buenos jugadores que trajo a Penco sino porque también le gustaba ver el fútbol callejero de los niños. Y no tenía que ir lejos, bastaba con que saliera a la puerta de su casa para presenciar pichangas en Freire casi esquina de Infante en Penco. Entre esos niños que pichangueaban a todo lo ancho de la calle (porque entonces se podía por el escaso tránsito), estaba Guillermo Memo Cartes. Al señor Díaz le interesó la habilidad mostrada por Cartes, quien lucía destrezas pateando una pelota de papel y otras veces de trapo, como era el uso entre los niños del pueblo que jugaban al fútbol en la calzada.
«Un día de comienzos de los años 50 en que él estaba mirando una de nuestras pichangas me llamó y me preguntó mi nombre, le respondí Guillermo y me dijo: entonces somos tocayos», recuerda Memo cuando ya han pasado varias décadas de aquel episodio que él guarda en su memoria. Y, agrega, el fútbol infantil fue el tema de esa breve conversación de un niño con un adulto, pero no retiene más detalles. Una semana después, quizá cerca de la Navidad, un vecino golpeó a la puerta de la casa de Cartes, ubicada frente a la puerta de la casa de los Díaz por calle Freire, para decirle que don Guillermo Díaz quería hablar con él. «Cual no sería mi sorpresa, el señor Díaz me regaló una pelota de fútbol número 5, de cuero. Yo no lo podía creer. Ese mismo día nos fuimos con mis amigos a jugar una pichanga con pelota nueva a la cancha del caolín, que quedaba en el cerro, en un lugar donde antes se extrajo ese mineral», añade Cartes. Nuestro ex vecino pencón, funcionario del ex Banco Concepción, también consiguió reconocimiento en el ámbito futbolero de Penco y en la ciudad penquista. Estuvo muy cerca del profesionalismo puesto que en Audax Italiano se interesaron por su incorporación a ese club, pero desestimó la propuesta.
GUILLERMO CARTES, a la derecha, junto a LUIS "Fifo" EYZAGUIRRE (foto de archivo de este blog). |
Hemos citado sólo un par de nombres de la numerosa familia Díaz ex propietaria de Fanaloza para mejor comprender los nexos de sangre, aproximaciones sentimentales y también futboleras de Benjamín Brereton Díaz luego de su llegada a la selección nacional. Sin duda su abuelo Genaro debió contarle muchas de estas cosas que hemos narrado aquí, y que sin duda hicieron que el gran Ben optara por defender a la roja, con la calidad aprendida en la cantera del Manchester United y en el exigente fútbol inglés.
GENARO DÍAZ aparece al extremo derecho de la imagen, publicada en el libro "Las Piezas del Olvido, Cerámica Decorativa del Penco 1962-1995", de Boris Márquez O. |
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* Esta relación consanguínea está sujeta a confirmación.
Nota: Parte de la información de este texto fue obtenida del libro «Cerámica en Penco Industria y Sociedad 1888-1962», de Boris Márquez Ochoa.
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