miércoles, diciembre 29, 2021

LIRQUÉN DE DÍA: SABOR Y RELIGIÓN, DE NOCHE: VINO Y SONRISAS

       El siguiente relato de Abel Soto Medina nos retrata a un Lirquén sumamente entretenido con su gastronomía tradicional y su creatividad culinaria. Pero, no solo eso, se incluyen aquí también pequeñas historias de picás locales, mujeres valerosas, lugares de esparcimiento, el incuestionable atractivo de la vida nocturna y la enorme tradición lirquenina de religiosidad popular. El material fotográfico relacionado con este último aspecto fue cedido a nuestro blog por el conocido vecino don Osvaldo Henríquez. Textos como este que presentamos calzan en nuestro nuevo segmento “Documento testimonial”. 

VISTA DEL BARRIO CHINO en sus inicios.

POR ABEL SOTO MEDINA

EL OTRO LIRQUÉN

      El lenguaje y sus significados nos dicen que Lirquén equivale a «Amanecer Temprano» o a que «Tiene Barro o Sedimento». Pero la historia también nos habla de molinos de harina de trigo del señores Tomás Walford y Tomás Tasthon Smith, de la fundición de cobre de don Joaquín Edwards, de las minas de carbón, de las obras de tejas y ladrillos, del puerto, de la fábrica de vidrios planos. Nos recuerda que existen muchas iglesias evangélicas, y que la fe en torno a Cristo, también se refleja en la procesión de la Virgen de Purísima, que se realiza desde 1945 cada 8 de diciembre. Nos habla de fútbol con el equipo de Minerales, campeón en 1942, en la Liga de Concepción, y sus figuras insignes como Adolfo Grossman, y el arquero Chamiza Espinoza, Vivanco, Ruiz, Arévalo, Gutiérrez, Ormeño, Peña, Pantoja, Sáez, Montero y Alfredo Pérez, o del Minerales del arquero Game o el de Pedro Peyo Chúcaro Avendaño. La historia futbolera también nos recuerda al equipo de Vipla, que representaba a la fábrica de vidrios planos del mismo nombre, con figuras inolvidables, como Cisternas, Vivanco, Soto, Casanueva, Olmos, Zapata, Pedro Caniulao, Osvaldo Bello, Pedro Flores, Fuentes, Óscar Barraza y José Baeza. O del Rucio Nourdin quien se incorporó a Naval y de ahí a tomó parte en la Olimpiada de Helsinki defendiendo a Chile allá por el año 1952, de eso y mucho más nos habla la historia, de quienes estuvieron, los que hicieron sus planos, sus visitantes ilustres, etc.

EL BARRIO CHINO se muestra apacible en esta foto madrugadora, sin
embargo con el paso de las horas, la escena será diferente.

CALLES PRINCIPALES

       Los nombres de sus calles principales, algo nos dicen también del pasado local y nacional, podemos ver :

      Calle «Alcalde René Mendoza Fierro», en honor al vecino de la localidad, que fue elegido como Alcalde de la Comuna de Penco, durante los años 1953 al 1956, y quien fue además un gran dirigente deportivo de Vipla. Ha habido otros vecinos de Lirquén que ejercieron como Alcaldes, pero que ninguna calle lleva su nombre, y que en estas líneas es necesario recordar, don Héctor Navarro Henríquez un comerciante importante, que ejerció el cargo los años 1944 al 1947, así como también al otro dirigente deportivo pero del Club Minerales, Don Humberto Pantoja Espinoza entre los años 1948 al 1949. Y el dirigente sindical de la mina de carbón, Don Francisco Tejada Álvarez en los años 1942 y 1944.

      Calle «Malaquías Concha Ortiz», escritor, abogado y político chileno, diputado por la zona y precursor de los movimientos obreros y sociales.

      Calle «David Quiroga», un señor que estuvo a cargo de impartir justicia local, oficiando de juez en el Distrito número 2, que correspondía a Lirquén.

    Calle «Balmaceda», en honor al Presidente de Chile durante los años 1886 al 1891, don José Manuel Balmaceda Fernández.

    Calle «Sargento Aldea», en memoria del marinero y Sargento 2do, Juan de Dios Aldea Fonseca quien combatió con Arturo Prat el 21 de mayo de 1879 en Iquique, en el Combate Naval, y que perdió su vida 3 días después de esa heroica gesta.

     Calle «Manuel Rodríguez Erdoiza», Prócer de la Patria que junto a otros luchó para hacer de Chile una república libre.

      Calle «Camilo Henríquez», un sacerdote, escritor y político que luchó también por la Independencia, pero más se le asocia al primer periódico de Chile, llamado la Aurora de Chile cuya primera edición llegó a las manos del público el 13 de febrero de 1812.

     Calle «Fresia» cierra este recorrido por algunas calles lirqueninas en honor a las mujeres de los bravos mapuche, esposa que se atribuye al cacique Caupolicán.

     Por otro lado esta nota busca sacar del olvido a quienes con su trabajo, creación e impronta personal, fueron y son parte de Lirquén, quizás, sin querer buscar gloria o dejar en la memoria de las nuevas generaciones su accionar y paso por la vida. Este texto no tiene en ningún caso el fin de denostar a nadie por sus apodos o sobrenombres, que siempre salen de ese exquisito sentido común de la gente, en forma tan espontánea y auténtica, tampoco es un estudio metódico sobre las personas que nombraré, ni ellos representan todas las actividades lirqueninas. En lo que sí vamos a estar de acuerdo es que fueron y son importantes y se destacaron y se destacan en su quehacer y que tal vez sin proponérselo brindaron y brindan generosamente lo suyo como una pincelada en la obra maestra de un pintor.

CHOLGAS A LA OSTRA

Don Carlos Moreno y su señora, Isolina Crisosto.
     
     Corría la mitad de la década del 40, cuando don Carlos Moreno López y su señora Isolina Crisosto Bello, decidieron instalar un restaurant en la calle Manuel Rodríguez. Partiendo ya por el nombre, como se le conoció, fue llamativo
«Cholgas Moreno». Para esos años, los mariscos preferidos eran precisamente las cholgas, que se servían crudas en sus conchas con jugo de limón, en una versión «a la ostra», imitando al molusco refinado de élite (la ostra), que por esos tiempos no eran comunes en las mesas de restaurantes de estos lares. Como plato fuerte estaba el cocimiento tipo curanto chilote «cholgas con pollo y longanizas», también tenía reputación el «pescado frito», que aquí en la zona, a la merluza de hoy, se la llamaba simplemente «pescá», un pez sabroso, nutritivo y abundante en la bahía por esos años. Hay que recordar que para conservarlo por algunos meses se lo secaba al sol, y posteriormente se machacaba, hasta dejarlo tipo charqui, denominándose en este estado «pescá seca», pero esto es para otro tema, con lo dicho como ilustración basta.

      Este restaurant comenzó a gozar de prestigio y fama a la vez, por lo que muy pronto empezaron a llegar familias de Concepción y de otros lugares, sobre todo aquellas que disponían de locomoción propia. No era necesario preguntar dónde quedaba ese restaurant, porque llevaba implícito Lirquén. «Cholgas Moreno» fue uno de los precursores del actual sello gastronómico de la localidad.

     Por esos mismos años, ya comenzaba a hacerse notar el hoy famoso Barrio Chino, que como sector popular, iniciaba de una u otra forma a dar almuerzos o colaciones a los trabajadores de la mina de carbón, y posteriormente a los trabajadores de la incipiente actividad portuaria, todo esto en la rutina más de invierno, porque en la primavera y el verano, comenzaban a acercarse turistas visitantes de las playas, que llegaban en el tren del recorrido Concepción-Chillán o simplemente el «Chillanejo», como se le conocía en la jerga popular. Estos turistas buscaban dónde comer algo que preparan en el Barrio Chino, y fue así que algunas dueñas de casa del sector, comenzaron a ofrecer las famosas cholgas con pollo y longanizas, y lo hacían atendiendo en los comedores de sus casas, donde muchas veces sus hijos debían ceder sus puestos en la mesa para atender a los turistas. Así fueron los inicios, ni más ni menos, del curso del desarrollo histórico que vivió el sector.

MUJERES DEL BARRIO CHINO

     Como lo expresé, en virtud del tiempo y el espacio no puedo nombrar a todas las mujeres esforzadas y quizás con mayores méritos en estas lides. De las ausentes ojalá cuando lean esto ellas se vean reflejadas aquí, porque sin duda alguna, el Barrio Chino de Lirquén, tiene nombre de Mujer, Dueña de Casa y de Mujer Emprendedora de Hoy.

CARMEN SOTO, hija de doña Leo.

       La señora Griselda Salazar, formadora de la Familia Chacón, La señora Luca, posteriormente la señora Chachi, y tantas otras, pero me detendré en la familia formada por María Olga Díaz Vásquez y su marido Francisco Cisternas Faúndez, un pescador del lugar que también supo de las inclemencias del tiempo para salir adelante. Pero estamos hablando de mujeres y la señora Olga, es una historia viviente, pero oculta, poco visibilizada y muy lejos de algún reconocimiento; hoy ya con más de 80 años se le ve amistosamente saludar a cuanto vecino la reconozca, su vivacidad y energía, son envidiables, cualquiera quisiera tener parte de esa energía que con su físico menudo y de baja estatura, nunca ha cambiado. Ella sabe mejor que nadie de los inicios y desarrollo del Barrio Chino, bien conoce servir los curantos en su casa, cocer jaibas o apancoras, machas o navajuelas, esas que se vendían ensartadas en junquillos, acompañadas de unas calentitas y crujientes tortillas, complementadas con el infaltable pebre, que sorprendía el paladar de los más escépticos.

SRA. NELLY CRISÓSTOMO
            Respecto a las tortillas de rescoldo es importante destacar también que otra ama de casa, experta en hornos de barro, me refiero a la señora Nelly Crisóstomo, quién con su frágil y delgada figura, atiende con voz afable a sus clientes. Ella se ha ganado el respeto y admiración de sus vecinos y de quienes como cliente vamos a comprar sus productos. 
ENRIQUE BILLETE ARAVENA
            No quisiera dejar de mencionar que ella es madre del futbolista, Enrique Billete Aravena, quien le coopera diariamente en la fabricación de las tortillas. Constituyen un ejemplo de vida, para quienes reconocemos tanto esfuerzo en su quehacer diario, hecho que me motivó destacarlo en estas simples líneas. Sin más que agregar mucho les debe Lirquén a las señoras Olga y Nelly.

EL TOQUE DE LAS EMPANADAS DE QUESO

SABROSA OFERTA de jaibas cocidas.
            Pero el Barrio Chino se fue cimentando también con otra imagen, en la que participan más mujeres, y son aquellas que iniciaron la venta en las veredas de la calle Balmaceda a la entrada del barrio, sus rostros son todos conocidos, quizás sus nombres se nos confundan o se nos olviden al momento de escribir esta nota. Recuerdo a la señoras Griselda, Rosa, pioneras en la venta de machas y apancoras en sus clásicos canastos. En estas tareas también fueron destacando las hijas de la señora Olga, me refiero a Miguelina, Georgina, Chela, aunque son muchas más las vendedoras. Pero me detendré en la señora Orlinda Zapata más conocida como «La Cuchi», quien ha sido siempre de Lirquén, y con esfuerzo se ha ido ganando un espacio en el sector, y se le puede ver diariamente ofreciendo productos clásicos lirqueninos como machas, jaibas, piures, agregando hoy el infaltable ceviche en variedades de reineta, salmón, corvina. Al igual que el ceviche también la oferta dio cabida a las empanadas fritas, que ella ofrece en variedades de mariscos, queso, macha-queso o camarón-queso, las que a no dudar son las delicias de los turistas. Aquí haré distinción a los hijos de la sra. Blanquita, dueña del restaurante «La Playa»
MARÍA OLGA DÍAZ VÁSQUEZ
pero que instalaron su cocina hacia la calle para expender las delicias ya nombradas a los transeúntes que generalmente van con rumbo a la playa La Cata.

       Como hija de la señora Olga, destacaré a su hija del mismo nombre, quién heredó de sus hermanas, el lugar de venta de los productos en la vereda de los restoranes «Markoa» y «La Nave», quién también empezó a formar parte del paisaje, del diario vivir, para todos los visitantes y paseantes del sector.

       En resumen, las señoras Olga (hija) y Orlinda «La Cuchi», en representación de las vendedoras de mariscos y empanadas, han aportado lo suyo para el polo gastronómico de Lirquén, creo también que la sociedad debiera en algún momento destacar.

UNA COPA DE VINO

      Ahora nos detendremos en el otro Lirquén, como dice la nota, ése de los trabajadores, gente común, sencilla y que sus pasatiempos son conversar junto a una copa de vino, pero no en un restaurant, sino en una picá o simplemente alguna bodega. En este sentido y sin pretender herir a nadie, encontramos a Ceferino Sepúlveda «Don Chefe», en la esquina de Malaquías Concha con Balmaceda, o donde Gerardo «El Encarpao» en la calle Camilo Henríquez, o a donde Osvaldo Orellana «El Rueda Tacha». Precisamente ahí me serví una rica apancora con pebre, pan francés y un chispeante pipeño blanco. Recuerdo haber estado también donde la señora Ube, en su local del mercado en el segundo piso. Difruté ahí un whisky de contrabando, junto a un personaje de esos entonces don Santiago Pardo, amigo de mi compadre Manuel Báez. O compartir una conversación con Álvaro Moraga, un señor de Lirquén de buen carisma, de personalidad afable, y de fácil sonrisa, respetado por los suyos en el puerto, sus compañeros como Galvarino Gutiérrez, Joel Chute Jara, Mateo Urrutia (ex jugador de Minerales), y otros. Ya que estoy hablando del puerto, hubo algunos ejecutivo que sin duda marcaron notoriedad más allá de sus cargos, es por ello que recordaré a don Mario Olguín y Jorge Baksai Márquez, sobre todo este último, quién con su sola presencia se hacía presente el puerto de Lirquén. Recuerdo una invitación que hizo a doña Leodina Muñoz «La Leo», para la inauguración de unas nuevas instalaciones portuarias. Como Lirquén tiene su Capitanía de Puerto, y han sido muchos los Capitanes que han pasado desde 1960, los representaré en Luis Jofré Villavicencio, quién también desarrolló su vocación social, participando en Rotary Club de Penco.

       Quién no recuerda al famoso Gabriel Cuca González, un abastero que tenía su carnicería en el mercado de Lirquén, organizador de ramadas, fiestas, carreras a la chilena. Impresionaba verlo montado en su caballo, con su genuina estampa, sobre todo cuando llevaba de estandarte la bandera chilena en las procesiones de Purísima, él era un personaje único. Y qué decir de don Cleofé Concha con su carnicería «Conchita», pionero también en la actividad junto a su familia, un reconocimiento para él y quién tiene hoy ese digno negocio. Y a propósito de negocios, como vamos a dejar afuera de la nota a don Raúl Lastra con su expendio de bebidas, cervezas y puestos varios cercano al Barrio Chino, o a la familia Riffo con su Panadería y Pastelería, donde destacamos a la sra. Damiana, quien sin duda es un ejemplo de trabajo, constancia y perseverancia. Supe de ella cuando trabajé en el Molino Coronel, además de su local en Lirquén, adquirieron las instalaciones de la ex Panadería Jofré de Penco. Y en este mismo rubro quiero distinguir también a Gerardo San Martin y su señora, quienes incursionaron en esto de las masas con su Panadería Lirquén, un saludo para él con quién compartí cuando formamos el Club de Leones Lirquén «El Mirador».

LA PANADERÍA RIFFO de Lirquén, en calle Balmaceda.

LIRQUÉN DE NOCHE

       Como todo puerto es de necesidad social que éste tenga locales que acompañen a los tripulantes de los barcos mercantes que atracan en sus muelles, dicho esto, y bajo ese mismo principio, Lirquén no fue la excepción, y vimos algunas boites, que muchas veces visité para compartir una buena copa, conversaciones, y experiencias de vida, y bailar, divertirse por sobre todo, me asiste a la memoria un local innovador para la época, la discoteca «Skorpio», del buen amigo Federico Perico Gómez, un personaje esforzado, que fue trabajador de Fanaloza, pero con arraigo local. En la misma calle Malaquías Concha estaba  «El Cordelito» o «Donde la Maruqui», que atendía su local nocturno con su marido el amigo Lucho. Ahí conocí a muchas chiquillas que atendían con una sonrisa eterna, contagiaban el momento, y muchas veces hacían evadirse a los asiduos o a los visitantes ocasionales. Pero sabíamos que a la fantasía se opone la realidad, bastaba que se abriera la puerta del final del pasillo para devolvernos a la verdad al divisar la calle de tierra, un gran saludos a todas ellas.

        Otro local fue el del «Tío Nene», un señor, que aprecié como de bajo perfil, sus agraciadas chiquillas, hacían grata la estadía y cualquier licor tenía un sabor diferente en su local. Al que menos fui, no porque fuera menos importante quien soy yo para juzgar, pero sí recuerdo y muy bien que se ubicaba en la calle David Quiroga, que popularmente se le conocía como «El Sheraton» de la sra. Juana Gore, que tenía su particularidad con su bar y salón en el primer piso, muy agradable me resultó disfrutar en más de alguna oportuniad una buena conversación.

        Más de alguien, pensará que me he olvidado de Claudio Salas, más conocido como el «Cayo», lugar preferido para degustar unas buenas copas, cervezas heladas, en resumen, un grato ambiente y buen pasar de distracción y arreglos del mundo, se ubicaba pasado el Puente por calle Camilo Henríquez, también aportó lo suyo por varios años.

INICIOS DE «PERSONAS Y PERSONAJES»

      Una de las personas avecindadas en Lirquén y que se identificaron plenamente, fue el amigo José Arturo Fuentes, que de sus inicios en la «Posada El Roble de Penco», con el también amigo Manuel Segovia, partió buscando su propio rumbo, como si hubiese tenido una buena caña para navegar en su «Rincón Marino». Se distinguió en varias otras actividades, como dirigente deportivo se integró a la formación del club de fútbol Deportes Lirquén, llevándolo al título de Campeón de Campeones de la mano del también reconocido futbolista Fernando «Cabezón» López como entrenador. En el área social, como decía, me tocó compartir con Arturo en la formación del Club de Leones Lirquén «El Mirador». Fue presidente de la Cámara de Comercio de Penco, así también lo hicimos en el Grupo de Amigos P & P, de Penco, que significa Personas y Personajes, sin duda alguna, él fue uno de los personajes que pasaron por Lirquén.

       Para la parte final, he querido dejar a las Hermanas Aurora y Leodina Muñoz, quienes fueron unos personajes que traspasaron las fronteras de la región, con sus locales Restaurant «Markoa» de la sra. Aurora, una mujer sencilla, afable, de buena conversación, con una espontánea sonrisa, me resultaba muy agradable también conversar con su hijo Raúl, que una vez que se retiró de la Armada, le ayudaba en la atención del bar. Gratos recuerdos tengo de haber pasado en ese local, así, cómo también, en el restaurant «Casa Blanca», que atendía la hija Margarita o Maggi, como ella le decía cariñosamente, un gran y querido recuerdo me asiste cuando evoco esos lugares y a la señora Aurora; un aporte importante también a la gastronomía de Lirquén.

UNA ESTRELLA  EN LA TELEVISIÓN


        El personaje más popular fue Leodina Muñoz, su chispeante estampa, su espontánea sonrisa y su agradable compañía, muchos veraneantes y turistas deben recordarla en la puerta de su restaurant «La Nave», ofreciendo sus platos favoritos, como, pescado frito, empanadas de mariscos, ponche de picoroco y el plato de su marca «Machas al Matico». Su aparición en la televisión chilena la hizo más famosa y conocida en Chile, cuando una tarde en Sábados Gigantes, animado por Don Francisco, fue entrevistada y contó su vida, la conversación se llevó a cabo, muy cordialmente por el presentador, mientras ella respondía picaronamente cuando procedía; Don Francisco logró sacar de ella toda esa gracia que iba provocando risas en el público y seguramente entre los televidentes. Esa exitosa participación le valió con los años otras entrevistas en el recordado programa televisivo, su paso por él, sin duda marcaron al animador, quien ya hace un par de años y terminado el programa, Mario Kreutzberger, Don Francisco, se puso en contacto con su hija Carmen, para que recibiera un reconocimiento del programa, por haber sido destacada como un Personaje de los que pasaron por Sábados Gigantes. Hago mención que Carmen ha sido en estos últimos años la sucesora natural de la Señora Leo, en la atención del restaurant. Y que ella también es un personaje que no ha pasado inadvertida en su Lirquén, un personaje digno de entrevistar.

      Existen muchas otras personas y que aportaron algo destacado en Lirquén, por ejemplo, me referiré a los hermanos Correa, ambos médicos en pediatría, sobre todo a la dra. Patricia Correa, que tuvo su consulta en calle Manuel Rodríguez, frente a la Iglesia de la Purísima donde yo solía llevar a mis hijos pequeños.

      La numerosa familia Nova, esa del Tino y del Chaguito, este último destacado en el fútbol del Coquimbo Crav de Penco, Campeón Regional los años 1963, 1966, 1968 y 1970. Es digno destacar también a los Saumón, sobre todo a Mario, un joven que la Eternidad se acordó de él demasiado temprano. Lo conocí muy poco tiempo, casi nada, pero se formó una amistad muy valiosa, la blancura en su ser afloraba en todo momento, me conmovió su resignación frente al designio inevitable, hasta que llegó su momento, me impactó ese joven, un saludo a la Eternidad.

      Los Ruiz, familia también numerosa, destacaré a Leandro González, el más Ruiz de todos, como él decía, por tener la certeza de ser hijo de la única mujer Ruiz, un saludo para su señora Cecilia Mercado, a Leandro lo conocí y compartí en las fiestas de nuestros hijos cuando niños, con su sonrisa a flor de piel, de alegre compartir, digno representante de Lirquén.

       Me contaba Julio Elgueta, un ilustre de esos lares, que a él como joven le agradaba mucho conversar con un señor que había sido sub oficial mayor de carabineros, y que había formado parte de un pelotón de carabineros que fueron a la entrega de la ciudad de Tacna en el Perú, ocurrida el 28 de agosto de 1929, y que guardaba un montón de historias que atraía la atención de los jóvenes, se llamaba Gumercindo Villaseñor, y que junto a su señora, atendieron un prestigioso almacén que se ubicaba cerca del mercado, le sobreviven su hija y su hijo Jaime.

AMOR EN FRANCÉS

       Quizás un personaje muy distinto es Adrián Medina, conocido en el Barrio Chino y otros lugares del sector, como «Macumé», aquí sí que hay historia, tiene a su haber la gracias de haber vivido en Francia, por ello, y sus capacidades naturales de poliglota, lo hacía inevitablemente el intérprete innato entre los tripulantes, griegos, asiáticos, polacos, noruegos, croatas, con las chiquillas de las boites ya nombradas o alguna que otra visitante de lugares similares de Concepción o Talcahuano, me contaba que servía de escribiente cuando se formaba algún romance de los encuentros amorosos. En lo personal le decía Mitterrand, en honor al Presidente de Francia de esos entonces cuando él fluidamente se expresaba en ese idioma, un Peronaje especial, la última vez que lo divisé fue en Concepción, sector céntrico antes de la pandemia, espero esté bien.

EL CURA DE LIRQUÉN

       Pero, uno de los destacados entre los destacados fue el cura párroco don Francisco Valenzuela (foto), quién con su larga trayectoria eclesiástica en el pueblo, pasó a ser parte de él, supo de muchos dolores de la gente cuando cerraron la mina de carbón, o cuando las inclemencias del tiempo no dejaron desarrollar las actividades de pesca, caída en la actividad portuaria, u otras crisis en su Lirquén querido, fue una figura querida y respetada por toda la comunidad, y quizás su vocación pastoral sirvió de ejemplo para algunos seguidores cómo diáconos o servidores de la iglesia católica. Me asiste a la mente el primer sacerdote lirquenino y que ofició sus primeras palabras una tarde de Purísima, y que el pueblo aplaudió su presencia, me refiero al Padre César Bello Recabal, hijo de un grande del Fútbol Regional, con los colores azules del Vipla don Osvaldo Bello Fortunatti, un saludo a la Eternidad para él.
UN ARCO de flores en honor a la Virgen, un 8 de diciembre,
frente al Barrio Chino. (Al centro de la foto, la sra. Leo).

LA PROCESIÓN de Purísima en Lirquén. Foto de los años 50 aprox.
       Y así, tantos vecinos y familias que nombrar cómo: Los Jara, Gómez, Ruiz, Elgueta, Henríquez, Dávila, Parra, Quiroga, Avallay, Gutiérrez, Montecinos (Manuel), Los Soto del Mincho, su hermano mi tocayo Abel Soto, que en la tarde de éste 24 de diciembre (2021) tuve el agrado de saludarlo en el Restaurant «Casino Oriente» de Penco, hacía muchos años que no nos veíamos.

       Me encantaría que esta pincelada sea el inicio para que alguien con más tinta en la pluma, logre graficar en unas futuras crónicas algo que tenga aún más valor para los habitantes de Lirquén.


Abel Soto Medina

Aficionado a la Historia

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Revisión de estilo Nelson Palma


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