El mejor lugar para entrenar de las divisiones infantiles del Atlético de Penco, club deportivo creado por don José Riquelme Araneda, fue la hermosa playa pencona. En estas fotos de la colección de don José, actualmente propiedad de su sobrino Andy Urrutia, muestran tres instantes de una práctica futbolera con miras a un partido de fin de semana. En la secuencia los niños realizan su entrenamiento guiados por el propio don José, quien primero ordenaba un precalentamiento de trote, después se ensayaban disparos al arco, cosistentes éstos en dos morros de arena que representaban los palos verticales. El trabajo terminaba con una pichanga preparatoria. Valga destacar el hecho manifiesto en este testimonio gráfico de los años 50, el cariño del creador del club por los niños que defendían la camiseta. Junto con dirigir la práctica don José tomaba fotos las que después enviaba a revelar en algún laboratorio asumiendo él los costos. Los niños de entonces que entrenan aquí hoy son todos adultos mayores.
La otra lectura que contienen estas fotos están en el segundo plano. Se trata del edificio de madera del desaparecido casino Bahamondes. La construcción muy pulcra y de buena calidad tenía dos unidades, una orientada hacia el norte con un servicio de comedor y salón de té y otra ala dedicada a guardarropía, duchas y vestidores para los bañistas que venían de otros lugares a disfrutar del balneario. En la foto de más abajo se lee el nombre del casino. Las dos alas del Bahamondes, ambas de dos pisos, fueron construidas antes del terremoto de 1939 y prestaron servicios por alrededor de 20 años. Ese casino estaba instalado al poniente de la línea del ferrocarril y se encontraba accediendo a la playa por calle Maipú a la mano izquierda. Su propietaria era la señora Teresa Bahamondes, conocida como la señora Tere. En materia de oferta gastronómica, su especialidad eran los churrascos y los chacareros.
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