miércoles, agosto 24, 2022

TOPÍSIMA FUE LA CLÍNICA DE CRAV

LA CLÍNICA de CRAV referida en este texto.
 

         Penco tuvo una clínica privada top. Se ubicaba en la calle Las Heras entre San Vicente y Talcahuano, daba la espalda al estadio y colindaba en 90 grados con el edificio del teatro y el deportivo, en la manzana que englobaba por el lado oriente la calle O'Higgins. Todo ese espacio y todas sus instalaciones eran propiedad de la empresa CRAV, dueña de la refinería de azúcar. Como consecuencia de la serie de acontecimientos sociales, políticos y naturales registrados en el siglo XX tanto en Penco, en la región y en el país, nada de eso existe ya. Pero, demos un vistazo a su historia, en la memoria de las personas que tuvieron la vivencia de eso.

         La clínica de la refinería fue un orgullo pencón en materia de prestaciones de salud. Sin embargo, comencemos por un análisis de su edificio, que era magnífico, aunque no lo suficientemente antisísmico como para soportar el terremoto de 1939, que lo dejó inutilizado obligando la demolición. La arquitectura bastante pretenciosa presentaba una fachada imponente, mirando a Las Heras, la que debió tener unos 30 metros. El pórtico estaba flanqueado por cuatro columnas falsas que iban adheridas a la muralla. Su parte superior imitaba pálidamente el Partenón de Atenas. Sin duda el arquitecto trazó el proyecto de la clínica optando por un estilo clásico a medio camino del art dèco, muy típico en las edificaciones corporativas de comienzos de siglo.

         El interior también era muy pulcro respetando todas las exigencias de salubridad y su implementación moderna incluía un equipamiento acorde con los usos y con los tiempos.

         En la clínica se hacían cirugías de baja complejidad y había salas para el tratamiento y la recuperación de los paciente. Don Fernando Silva, ex empleado de CRAV (hoy fallecido) nos contó en una ocasión que una de sus hermanas fue operada en la clínica de Penco «y todos los gastos médicos le resultaron gratis, al igual que para todos los socios de CRAV que necesitaban de esas prestaciones».

         Luego del terremoto que le causó los daños irreversibles, la clínica fue demolida y los servicios se trasladaron a otras istalaciones de la empresa ubicadas en la calle Membrillar esquina Freire. Con la mudanza también bajó el volumen de atenciones las que comenzaron a ser derivadas a los centros médicos de Concepción.

EQUIPAMIENTO MODERNO y servicio profesional del primera 
caracterizaron a la clínica de la refinería CRAV.


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