El primer piso del galpón quemado consistía de un perímetro de hormigón de gran calidad técnica y arquitectónica, con ventanas con arcos de ladrillos. La segunda planta era de tabiquería con un techo alto y de acentuado grado de inclinación. El edificio que tenía el estilo alemán guardaba todavía parte de la impronta de su creador Walter Zwillinger, el primer administrador de la Granja, de nacionalidad austríaca. Con el paso de los años y cuando las cosas cambiaron ya en los años 70, el perfil de este edificio fue modificado. Se rebajó el techo y los tabiques cuidados y estilosos del segundo piso fueron reemplazados por madera. Más hacia el presente, el galpón sirvió para guardar herramientas y un sector fue dedicado a la fabricación de muebles. Esta era la condición que presentaba el inmueble cuando apareció el fuego que avanzó rápidamente ayudado por el fuerte viento imperante. Las compañías de bomberos que concurrieron a sofocar el siniestro, provenientes de Penco y de Concepción no pudieron controlar las llamas y el edificio se perdió en su totalidad así como aquellos elementos de su interior.
Se trató de una gran pérdida para sus propietarios y para quienes operaban la mueblería. Sin embargo, tampoco podemos dejar de lado la consideración de su valor histórico. Los peritajes bomberiles esclarecerán las causas que pueden ser de dos tipos: que se haya tratado de un accidente o que el origen sea algo intencional.
SOBERBIO ASPECTO de acabadas terminaciones presentaba el galpón de Cosmito destinado a pesebreras y acopio de alimentos para animales en los inicios. En una de las modificaciones que se le hicieron se le rebajó el techo y se forró con tablas el segundo piso de tabiques del original. El incendio lo destruyó todo.
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