domingo, septiembre 23, 2012

CELEBRIDADES DE PENCO, ENTONCES ERA POSIBLE CODEARSE CON ELLAS

Tres momentos en la vida de una actriz del cine. (Mi encuentro con ella fue verdadero, pero esta  galería es  una humorada).
          Si uno camina por las avenidas Vine, Melrose o Hollywood en Los Ángeles, California, verá caras conocidas que en realidad son tales por su protagonismo a través de los medios de comunicación: actores de cine, de televisión, cantantes, directores famosos, estrellas del espectáculo. Y si entramos en una tienda en la exclusiva Rodeo Drive, uno se puede codear con celebridades que andan comprando, vitrineando o haciéndose ver.

          Me encontraba en esa ciudad norteamericana en una oportunidad y me sorprendió ver a la mismísima Úrsula Andress, ex Bond girl, frente a mí. No perdí un instante y me hice fotografiar a su lado, ella muy simpática condescendió espontáneamente. Hasta aquí, la historia que narro se refiere a celebridades mundiales.

                Pero, también hay personalidades que alcanzan gran fama y reconocimiento en un medio local o regional. En los tiempos del auge industrial de Penco, esto fue entre los años 1940 y 1970, una situación parecida se daba a escala provincial. Porque la ciudad tenía mucha actividad relacionada con el deporte semi profesional y con la música. Entre los clubes de la zona brillaban estrellas del balompié regional y fuera de la cancha, esas personas hacían sus vidas comunes y corrientes. Si entonces hubiera sido posible, bueno habría sido andar con una cámara fotográfica para retratarse con ellos. 
           Uno se encontraba en la plaza, en la playa o en cualquier calle pencona con las celebridades locales, ésas que los niños admirábamos como si fueran modelos a seguir. Podemos enumerar algunos de esos nombres: “Melena” Cortés, “Peyo Chúcaro”, el arquero Gustavo Piturra, que había destacado en Santiago y que jugó un par de temporadas en Fanaloza, el “Chueco” Hormazábal, Onofre Pino, el “Zorro” Vidal.

          Como el boxeo también tenía luminarias, era cuestión de caminar por las calles para ver de cerca a Ulises Durán, Oliva o Ilufí. Estos hombres eran fieros en el cuadrilátero y siempre dieron triunfos a Penco. Cuando sonaba la campana recibían el caluroso espaldarazo del público pencón.

Mario Rey y su esposa, en su casa de Puente Alto, Santiago.
          No era extraño, por otra parte, que uno se encontrara a boca de jarro con cantantes renombrados: Mario Rey, Cecilia, Patricio Renán, Raúl Oliveros, Omar Jara. Uno los podía ver comprando en el negocio de la esquina o en el mercado municipal. Y una cosa era verlos como persona, hecho que de por sí causaba admiración, o los podía aplaudir y vitorear ya fuera en la cancha de fútbol, en los escenarios artísticos locales como los casinos, incluso en concursos radiales o en los cuadriláteros, según fuera el caso.
Raúl Oliveros, en su casa de calle Alcázar en Penco.

            Desde la perspectiva de un niño, la comparación no resulta exagerada porque uno gozaba y aplaudía por igual una actuación de Patricio Renán, Mario Rey, Ulises Durán o Gustavo Piturra, esos mismos que vivían en Penco y caminaban por sus calles. Y los teníamos ahí al frente como para saludarlos y estrecharles las manos. Tal como  conseguí con Úrsula Andress igual me hubiera gustado hacerme fotografiar junto a Onofre Pino o la tomecina Cecilia que en ocasiones se la veía por Penco, por ejemplo y con tantos otros famosos de la ciudad. Pero, eso ya no es posible.

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