Era tal la demanda de transporte público debido a las
carencias de un servicio adecuado por tierra, además por un camino sin asfalto,
y la escasísima presencia de automóviles, que el ferrocarril absorbía bien ese
requerimiento entre Concepción y Tomé. Los carros iban siempre llenos. Y en verano,
el flujo aumentaba por la temporalidad. Medio Concepción venía a las playas
penconas en tren. Pese a que el servicio de ese medio de transporte se extendía hasta Dichato más allá de la
estación tomecina, durante el período estival, el grueso del
público se quedaba en Penco. Estamos hablando de la década de 1950.
Hoy en 2013 en que la autoridad local realiza esfuerzos para levantar
el deprimido barrio estación, es bueno recordar que la comuna tuvo cinco
paraderos de tren: Cosmito, Playa Negra, Penco, Cerro Verde, el Refugio y Lirquén. Sin
embargo, correcto es decir que al menos dos de estas detenciones eran
estrictamente temporales. Playa Negra, por ejemplo, servía a los penquistas que
traían de todo al balneario. Se bajaban allí y se internaban entre los pinos
hasta llegar a la playa. Cocinaban en el bosque para capear el calor, se
daban el chapuzón en el mar luego de cruzar una dunas con "chochos" y volvían a
comer. Pero, se iba el verano y el tren ya no se detenía más en Playa Negra.
Algo parecido ocurría en Cerro Verde, aunque allí las paradas no estaban
vinculadas al verano sino a otras razones de servicio.
Por último, bueno es destacar también que muy pocas comunas en el
país tuvieron tantos paraderos de tren como Penco. Lo importante de hoy es subrayar
que aunque con otra orientación: la cultura, la entretención y el esparcimiento
levantarán el apagado barrio estación de Penco.
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