Los pencones o penconas mayores, aquellos integrantes
de esas familias que se vinieron a la ciudad provenientes de campos como Los
Barones, Primera Agua y Agua Amarilla quedaron descolocados al comprobar que
muchas de las palabras que ellos usaban con un sentido, aquí significaban otra
cosa nada que ver. Y lo peor fue que nadie se tomó el tiempo para darles
un explicación.
En los campos
usaban hasta hace pocos años palabras como almud, decalitro o arroba para
indicar una porción aceptada de algo. Para esas personas mayores arroba es una
unidad de peso equivalente a casi doce kilos. Pero, en Penco, como en todo el
mundo hoy @ es la clave para acceder a una dirección de correo electrónico, un
e-mail. Lo único que se mantiene igual, por ejemplo, es el signo @. Pero,
el ruido semántico persiste.
Otro ejemplo, en
los campos las viejas casonas patronales o las antiguas bodegas de
almacenamiento estaban construidas de adobes, de esos bloques hechos de amasijo
de barro crudo con paja de trigo. Y hoy, acá los nietos o bisnietos de
esos pencones o penconas hablan de adobe para referirse a algún artilugio para
trabajar en los computadores.
El problema no es
que las palabras arroba o abobe hayan tenido esos significados siempre y
que para los campesinos fuera desconocido. No, son acepciones modernas,
mientras que las originales fueron descartadas. Nadie compra una arroba de
trigo, comprará doce kilos del cereal. Hay generaciones de gente menor de 40
que no sabe que antes también se usaba la @.
1 comentario:
Muy interesante lo que se explica en este texto me a quedado muy claro todo lo que aquí se esplica
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