Medio de transporte del siglo XX: un carretón tirado por un caballo. |
A falta de camionetas o furgones, había ①carretas de mano.
Consistían de una superficie de madera apoyada en un eje de fierro en cuyos
extremos estaban las ruedas, unas barandas y una pértiga central eran todos sus
componentes. Soportaban harta carga y sólo había que coger la punta de la
pértiga para empujar el vehículo y caminar por la calzada hasta llegar a
destino. En las puertas de las pulperías tanto de la Refinería como de Fanaloza
se podía observar una gran cantidad de estas carretas de mano en aquellos días
en que la gente iba a esos almacenes a abastecerse.
Los ②carretones de mano presentaban una diferencia, en lugar
de pértiga tenían un marco hacia adelante gracias a la proyección de sus
costaneros. Ambas maderas quedaban unidas con un travesaño, de modo que el
conductor podía empujar el carretón apoyado en ese travesaño o jalaba su
vehículo metiéndose dentro del marco de madera. Los carretones tenían un uso más
comercial, porque sus dueños ─vendedores ambulantes─ los usaban para ir
ofreciendo sus mercaderías por las calles. El carretón de mano disponía de un
pie al centro que le permitía quedar en posición horizontal aunque no estuviera
en movimiento. Las carretas de mano citadas en el párrafo anterior carecían de
ese apoyo así que la punta de pértiga quedaba en el suelo y la superficie útil
se inclinaba en 45 grados.
Un carretón de mano, destinado a la venta de nalcas. |
③Los carretones de mayor envergadura eran tirados por
caballos. Los empleaban los almacenes para hacer el reparto de productos a
domicilio de su clientela que hacía pedidos al por mayor. Los carretones iban a
Concepción y viceversa cumpliendo sus labores de transporte. El carretonero
usaba un látigo para apurar al o los caballos de tiro. Exigían dedicación
completa porque el hombre a cargo tenía que preocuparse del animal, de su
alimentación, del buen estado de la pesebrera. No era tan simple tener un
carretón. Pero, prestaban un muy buen servicio por su capacidad de carga y
porque brindaban la posibilidad de llevar pasajeros. En los días de lluvia, un
par de varillas y un toldo de tela de buque convertían al carretón en un
vehículo techado.
Había ④carretelas, pero éstas eran escasas en Penco. También las tiraban caballos y eran más ligeras que los carretones.
Estaban diseñadas para pasajeros pero prestaban servicios de carga de vez en cuando. A diferencia de los carretones tenían paquetes de resortes y
sus barandas estaban alegremente pintadas con motivos campesinos. La carretela
era un vehículo rápido, tal vez el más rápido de tracción animal.
⑤Las carretas de
bueyes. Este rústico medio de transporte tenía a su favor su calidad de todo
terreno, podía avanzar incluso por lugares donde no había camino ni huella y subía
las pendientes más inclinadas. Con una yunta de bueyes
fornidos se podía ir a cualquier parte, se las usaba para viajes largos. Sin embargo, una
carreta era demasiado lenta, iba al monótono tranco de los animales. Su fortaleza:
para una carreta no había obstáculos.
⑥Las carretillas de mano también se usaron profusamente en
Penco, para el transporte por las calles, a pesar de estar diseñadas para
tareas de albañilería y jardines. Algunas personas las usaban para llevar
animales al matadero. Muchos cerdos fueron transportados en ese medio a su
destino, porque la carretilla permitía traer de vuelta la carne bien distribuida en la bandeja metálica.
Por último era muy común ver a personas transitando a ⑦caballo.
Cuando se cruzaban en su caminata por la calle, los jinetes se daban la mano y
conversaban si bajar de sus cabalgaduras. Mujeres también usaban caballos para
trasladarse, especialmente las que venían del sector de Roa y Primer Agua. Se
comentaba mucho en esos años acerca de una mujer rubia que vivía más allá de
Aguas Sonadoras y que frecuentemente venía a Penco en su caballo. Decían que
ella exhibía sin inhibición un portentoso revólver a la cintura. Ni un huaso se
hubiera atrevido a molestarla…
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