La escena del río visto desde el puente de los carabineros. |
“O Sole Mio”, su música y lírica napolitana original cantada a capela, envuelve el entorno. Es la voz del gondolero que guía la clásica
barca negra sin quilla por las aguas tranquilas llevando pasajeros. La escena
de esta descripción, se desarrolla en Penco, sobre su estero, artificialmente
navegable en la temporada noviembre-marzo, frente a la plaza local en un
recorrido de ida y vuelta que en total suma 240 metros. No hay otro lugar en el
mundo donde esta pintura italiana se replique, aunque los gondoleros-tenores de
los canales del Adriático abandonaran hace ya tiempo la tradición de cantar
para los turistas. Y es por este detalle que el cuadro veneciano pencón resulta
ser único. El propósito local fue crear una fantasía para que la disfruten los
vecinos y los visitantes, incluso para quienes van en buses o automóviles
hacia el norte y miran desde las ventanillas cuando cruzan el puente. El
estero navegable, que incluye este paisaje de góndolas, que no es pretencioso evoca las escenas italianas que se ven en las películas y en los videos.
Enriquecerán la imagen dos puentes peatonales de arco que el
municipio instalará 1) en el punto medio de la cuadra que va de O’Higgins a Las
Heras que unirá directamente calle Penco con la plaza; y 2) en el tramo
comprendido entre Las Heras y Freire, frente al Gimnasio Hogar Fanaloza. Es
precisamente en este segundo segmento del estero navegable que el proyecto de
aprovechar el río con fines turísticos remata en una vistosa cascada que se
aprecia desde el puente sobre la calle Freire.
Arriba, el segundo tramo navegable del estero Penco, y abajo, la cascada artificial del rebalse. |
“¡Qué cosa más bella es un día de sol…!” prosiguen los
versos de esta canción del canzoniere napolitano y la gente se apoya en las
nuevas barandas junto al estero, por el lado de la plaza para mirar la góndola
surcando el río, hacer fotos, videos y selfies.
El alcalde Víctor Hugo Figueroa, generador de esta idea,
dice: “lo del estero navegable no es una cosa nueva. Esto se hacía en los años
40 y los 50 para las fiestas de la primavera, sólo que nosotros ahora hemos
retomado una idea probada, que funcionó bien y que gustó mucho en el pasado. Le
dimos un toque más moderno, no usamos sacos de arenas para contener el agua y
acumularla, hemos hecho diques de fierro y madera y a ello le sumamos un motivo
de inspiración que son las góndolas parecidas a las de Venecia”. Y añade la
autoridad comunal: “un puente a mitad de cuadra existió también frente al
gimnasio locero en los años 60, tampoco es un invento de ahora.” Realzará este
paseo acuático urbano un sistema de iluminación que proyectará luz desde el
lecho hacia arriba y que se sumará al conjunto.
Para los antiguos vecinos del pueblo “góndola” resuena en sus
memorias. Así llamaban hace mucho tiempo a las micros que prestaban el servicio
de transporte de pasajeros entre Concepción y Penco. Aquellas góndolas tenían
su paradero junto a la plaza frente a la escuela Isla de Pascua. Las góndolas
actuales también están al lado de ese paseo público sólo que ahora navegan por el río.
O Sole Mio está por terminar justo al final del recorrido de
la góndola: “Cuando anochece y el sol se pone, me viene casi una melancolía. Pero
otro sol, aún más bello, mi Sol, ¡está en tu rostro!”
El autor de este post con su esposa, al centro, navegando en góndola por el Gran Canale de Venecia (años 90). |
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