lunes, enero 28, 2019

UNA FANTASÍA VENECIANA

La escena del río visto desde el puente de los carabineros.


       “O Sole Mio”, su música y lírica napolitana original cantada a capela, envuelve el entorno. Es la voz del gondolero que guía la clásica barca negra sin quilla por las aguas tranquilas llevando pasajeros. La escena de esta descripción, se desarrolla en Penco, sobre su estero, artificialmente navegable en la temporada noviembre-marzo, frente a la plaza local en un recorrido de ida y vuelta que en total suma 240 metros. No hay otro lugar en el mundo donde esta pintura italiana se replique, aunque los gondoleros-tenores de los canales del Adriático abandonaran hace ya tiempo la tradición de cantar para los turistas. Y es por este detalle que el cuadro veneciano pencón resulta ser único. El propósito local fue crear una fantasía para que la disfruten los vecinos y los visitantes, incluso para quienes van en buses o automóviles hacia el norte y miran desde las ventanillas cuando cruzan el puente. El estero navegable, que incluye este paisaje de góndolas, que no es pretencioso evoca las escenas italianas que se ven en las películas y en los videos.
          Enriquecerán la imagen dos puentes peatonales de arco que el municipio instalará  1) en el punto medio de la cuadra que va de O’Higgins a Las Heras que unirá directamente calle Penco con la plaza; y 2) en el tramo comprendido entre Las Heras y Freire, frente al Gimnasio Hogar Fanaloza. Es precisamente en este segundo segmento del estero navegable que el proyecto de aprovechar el río con fines turísticos remata en una vistosa cascada que se aprecia desde el puente sobre la calle Freire.
Arriba, el segundo tramo navegable del estero Penco, y abajo, la cascada artificial del rebalse.
          “¡Qué cosa más bella es un día de sol…!” prosiguen los versos de esta canción del canzoniere napolitano y la gente se apoya en las nuevas barandas junto al estero, por el lado de la plaza para mirar la góndola surcando el río, hacer fotos, videos y selfies.
            El alcalde Víctor Hugo Figueroa, generador de esta idea, dice: “lo del estero navegable no es una cosa nueva. Esto se hacía en los años 40 y los 50 para las fiestas de la primavera, sólo que nosotros ahora hemos retomado una idea probada, que funcionó bien y que gustó mucho en el pasado. Le dimos un toque más moderno, no usamos sacos de arenas para contener el agua y acumularla, hemos hecho diques de fierro y madera y a ello le sumamos un motivo de inspiración que son las góndolas parecidas a las de Venecia”. Y añade la autoridad comunal: “un puente a mitad de cuadra existió también frente al gimnasio locero en los años 60, tampoco es un invento de ahora.” Realzará este paseo acuático urbano un sistema de iluminación que proyectará luz desde el lecho hacia arriba y que se sumará al conjunto.
          Para los antiguos vecinos del pueblo “góndola” resuena en sus memorias. Así llamaban hace mucho tiempo a las micros que prestaban el servicio de transporte de pasajeros entre Concepción y Penco. Aquellas góndolas tenían su paradero junto a la plaza frente a la escuela Isla de Pascua. Las góndolas actuales también están al lado de ese paseo público sólo que ahora navegan por el río.
           O Sole Mio está por terminar justo al final del recorrido de la góndola: “Cuando anochece y el sol se pone, me viene casi una melancolía. Pero otro sol, aún más bello, mi Sol, ¡está en tu rostro!”
El autor de este post con su esposa, al centro, navegando en góndola por el Gran Canale de Venecia  (años 90). 

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