Fue una imagen de Penco eso de
las redes de pesca tendidas al sol, secándose. Se veían desde la esquina de
Yerbas Buenas con Blanco a lo largo de la línea del tren incluso hasta más allá
de la cancha de Gentemar. (En Penco nadie pronuncia la preposición “de” en este nombre: gente-de-mar). Los tendales colgaban sobre alambres. Otro tanto se observaba en los cercos de los patios de
las casas de Playa Negra. Las mallas de algodón expuestas al viento daban un
marco típico al paisaje de las caletas de la comuna.
Cuando los días mostraban toda su
luminosidad los pescadores se dedicaban a remendar sus redes con largas y
afiladas agujas de madera, porque se dañaban en el trajín del trabajo. Como por
ejemplo, los ásperos roces con los bordes de las embarcaciones y quizá también
a causa de los dientes de aguijón de las sierras y las merluzas o los lomos
como serruchos de los jureles todos luchando por escapar. La fragilidad del
algodón obligaba, por tanto, a revisiones periódicas y frecuentes. Pero, cuando
reparar ya resultaba trabajo inútil por lo viejo del material, las redes prestaban
un último servicio: revestir los dos arcos de la cancha del club ubicado a la
orilla de la playa.
Hasta que el algodón fue
reemplazado por el plástico, el que tiene grandes ventajas si se lo compara con
las redes primitivas. Es más liviano y no absorbe agua; presenta una gran
resistencia; es transparente así los peces tienen menos posibilidades de verlo
bajo el agua y caen más fácilmente en la trampa. Seguramente también es un
producto más barato. Pero, con estas redes pasa lo mismo que con las bolsas de
plástico. Por la contaminación, porque se las arroja en cualquier parte, ya no
son miradas con buenos ojos por los grupos ecologistas.
Las redes de antaño, que dieron
carácter y personalidad a los barrios de pescadores, como Lirquén, Cerro Verde,
Gentemar, Playa Negra, complementaban visualmente el entorno donde además había
botes y chatas, remos apoyados en las bordas, mástiles de palo mayor donde se
desplegaban las lonas de las velas, molinos de las bombas para suministrar aire
a los buzos con escafandra, timones de madera, canastos para llevar a tierra
los mariscos y pescados. Esa pintura clásica que describimos, como para ponerla
en un marco, ya no existe hoy en Penco.
3 comentarios:
Hola...gracias por el trabajo hecho en pos de la historia e identidad de Penco.
Una pregunta...¿cuántas veces ha sido destruida Penco desde su fundación por Pedro de Valdivia? siempre he tenido ese cuestionamiento... he llegado a pensar que debe ser la ciudad que más veces ha sido destruida en la historia de Chle..sumando terremotos, tsunamis y los ataques del pueblo mapuche..
Ese es un buen tema, Alejandro. Tú dices desde la llegada de Valdivia en adelante. Pues pienso que la misma instalación del conquistador en Penco significó la destrucción de asentamientos aborígenes.
Publicar un comentario