Tengo un amigo en Cerro Verde Bajo que siempre me ha
preguntado que cuándo se fundó ese barrio. Difícil es la respuesta, porque no sé
de documentos conocidos que lo daten. Quizá no hubo una fundación como un
evento propiamente, sino que se trató de un poblamiento sucesivo y espontáneo
de pescadores y mineros que llegaron allí con sus bártulos para quedarse. Tanto
así que se llamó Cerro Verde a secas y que muy posteriormente hubo de agregarle
el «Bajo», luego que las lomas al poniente del cementerio parroquial y hasta la
línea comenzaron a poblarse en forma progresiva y desordenada adquiriendo por
lógica el nombre de Cerro Verde Alto. Pero, si no tenemos una fecha para el
nacimiento del barrio original, sí disponemos de otra información, como por
ejemplo características de las casas y de la infraestructura sub urbana de
entonces.
Incluso avanzados los años, no había camino desde Penco para
llegar a Cerro Verde. La gente transitaba por la línea del tren. Pero, para trasladar
cosas de gran peso se usaban los botes, viaje por mar. Seguramente cargaban
esas pertenencias en las pequeñas embarcaciones donde termina calle Infante y
después a darle con los remos. La falta de un camino se debía, en parte, a que
existía un cerro de arenisca amarilla entre la línea y la playa. En dicho cerro
vivía una familia de apellido García a la que hubo que reubicar cuando en los
60 lo echaron abajo. En la construcción del camino intervino el Ministerio de
Obras Públicas.
En los años 50 existían sólo dos pilones de agua potable en
la calle Central para abastecimiento de toda la población. Por consiguiente como
tampoco existía alcantarillado no había servicios higiénicos. La ex profesora
de Cerro Verde Bajo, señora María Isabel Vergara, recuerda que cuando se
instalaron baños en la antigua escuela N° 54 hubo que enseñar a los niños y las
niñas a cómo usarlos. La dirección del establecimiento estaba a cargo del
recordado educador señor Campbell. Respecto de las casas, ella nos dice también
que la casi totalidad de las habitaciones carecían de pisos de madera. Los pisos eran de tierra
apisonada, que cada día sus moradores barrían luego de rociar con agua, para
evitar que se levantara polvo. A finales de 1966 comenzaron a llegar los de
buses de la ETC del estado a Cerro Verde Bajo. Fue el primer transporte no
ferroviario de pasajeros que conectó a ese barrio con el resto. La gente que
vivía en Cerro Verde era modesta y sencilla. Se trataba de familias cuyos jefes
de hogar trabajaban en la pesca, en la mina carbón y en las industrias de Penco
y Lirquén.
Un detalle importante con respecto a la responsabilidad de
esa gente, lo destaca la ex profesora: «A pesar de la falta de agua potable,
los niños acudían a clases en la escuela local con sus ropas impecablemente
limpias, demostrando la enorme preocupación de sus padres». La escuela N° 54 fue
el faro que orientó el desarrollo social de Cerro Verde. Los jóvenes iban por
las tardes, después de las horas de clases a charlar, jugar pimpón, etc. En
1993 se construyó el emisario submarino lo que permitió normalizar el servicio
de alcantarillado a la población. Por esas mismas fechas se regularizaron las
propiedades con el otorgamiento de los títulos de dominio, gracias al impulso y
preocupación del ex alcalde Ramón Fuentealba.
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