IMAGEN tomada de internet: www.rosyramales.com |
TEXTO: JUAN ESPINOZA PEREIRA, Docente pencón radicado en Copiapó.
Tránsito desde el Vecino al Ciudadano
Durante el mes de septiembre apareció un grupo de personas en cada uno de los pueblos y ciudades del país, como si hubiesen despertado de un largo sueño de cuatro años. Como que hubieran emergido de ultratumba.. y han comenzado a pulular por cada rincón de la sociedad con un lenguaje que no siempre es entendido por las personas comunes y corrientes. Jóvenes ‒y otros no tanto‒ los ignoran; los más adultos y ancianos(as) los miran con recelo, aunque saben que, a la hora de la decisión son pocas las alternativas y porque asumen que «la casa no puede estar abandonada».
Este grupo de personas, más parecido a una casta, aunque con una ascendencia ignota (por cierto), pero sí otorgado por padrinazgos non sacro. En su peregrinar citadino, llevan palabras, frases e ideas que, de ser tantas veces resignificadas durante ese ostracismo de cuatro años, han perdido valía: «querido vecino,» «nuestra comuna», «vecina necesitamos empoderarlas…», «no podemos soportar vivir así, aislados…» y un cuánto hay de frases vacuas que no hacen más que degradar a los seres humanos de a pie. Por ahí van los unos(as) y otros(as), maquillados, con ropas modernas y llamativas, repartiendo estampitas con sus rostros muy circunspectos fotográficamente, dípticos con frases confeccionadas por publicistas anómicos. Por calles polvorientas que le provocan alergias van solicitando una selfy donde su rostro tan duro como el corindón(1), se contracta con una persona desdentada de una población cualquiera y, deseando que el día termine prontamente.
Ante la retahíla de resignificaciones de conceptos, vuelvo a los orígenes que para los pencones de antaño le han de resultar conocidos, sobre todo porque el concepto vecino se vivía en el día a día; así por ejemplo llamar a alguien vecino era porque esa persona estaba a mi lado, estaba dentro del lugar geográfico como el barrio, la población. La palabra vecino connota una profunda humanidad, de conocimiento de quien está al lado; es una expresión que conlleva valores profundos como solidaridad, hermandad que se ha cultivado por años. Los vecinos construyen su hábitat ecológico y social: las vecinas salían en las mañanas a barrer la calle, a regar a conversar y a buscar información sobre otros vecinos. Cada barrio poseía y posee lenguajes y ritos propios, con equipos deportivos y religiosidades disímiles; los vecinos están enlazados por la solidaridad y la capacidad para co-construir su entorno, están unidos por la colectividad, característica propia de la comunidad. Es en este ambiente donde cada cierto tiempo pasaba el vecino que vivía en la comunidad solicitando el voto para “la mejora” de la comunidad, durante el día avanzaba poco ya que invertía mucho tiempo en el diálogo con los vecinos, sin quejarse.
Dada las ansias de progreso impuesta por el mercado y el inconmensurable avance de las tecnologías que obnubilan a los incautos, la comunidad se va perdiendo y se pierde dando paso a la sociedad, donde las relaciones ya no son vis a vis, sino que las relaciones son impersonales; así el vecino desaparece y es reemplazado por el ciudadano que hace grandes esfuerzos cada día para ganar tiempo, «quien sabe para qué» dado que no crea lazos con los demás, sino que se refugia en su gueto subsumido en la soledad. Vive en una población o en edificio de departamento, pero sin relaciones humanas humanizante, refugiado en realidades virtuales; su mejor argumento para defender su postura es que siempre está conectado con los demás. Así, se puede sostener que el vecino que vivía en la colectividad, dio paso al ciudadano que vive en la conectividad; ese olor a humanidad, esa sonoridad del lenguaje corporal, dio paso al homo videns (Sartori, G) (2) con una colectividad virtual y que teme cualquier relación que sea humanizante. Sin embargo, este nuevo ser humano, a pesar de no confiar en el prójimo también recibe en su smartphone propaganda con rostros filtrados(sic) de vecinos que no conoce, con slogans que terminan convenciéndolo: «por nuestra seguridad…» «para un mayor progreso», «para eliminar la corrupción», «por un sí a la vida», «a disminuir el Estado». Esta nueva casta con cara de diamante(3) invita a participar del próximo acto eleccionario y el ciudadano con toda su desconfianza, para sus adentros rumia la idea de que «la casa no puede estar abandonada».
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Corindón, es el noveno mineral más duro que se encuentra en la naturaleza, sólo superado por el diamante (según escala de Mohs).
Homo Videns. Giovanni Sartori escribió este hermoso libro, imagino en 1997 lo que estamos viviendo hoy en día. Recomiendo leerlo y se encuentra gratis en el ciberespacio.
La escala de Mohs, considera este mineral como el más duro, que puede rayar a todos los demás, pero él no puede ser rayado por otro.
COMENTARIOS: ...Entonces el vecino era el que cruzaba la vereda para ir a pedir a su vecino del frente una taza de harina, de azúcar o dos panes.El ciudadano es el que cruza la vereda para preguntarle al ciudadano del frente si su cámara registró al ladrón que le robó la bicicleta del antejardín. / Los vecinos de Boco, en Quillota verán el partido de hoy tomando mate y con un brasero encendido. Muchos ciudadanos, incluído yo, lo veremos en un celular ...mientras hacemos la clase de Ética. Viva la libertad carajo, dijo Milei. / Buen artículo profe... Pero sólo para los apóstoles de Penco. Me atreví a enviárselo a mi jefa, la directora de SLEP-Atacama y comentó… ¡Notable! ¡Me honra que comparta su publicación director con esta humana!
1 comentario:
Estimado Profesor …el espacio y concepto del "vecino”, ocupado hoy por esos seres desaparecidos (cuando más se les necesita) y presentes (cuando nadie los quiere), nos obliga a revisar la idea del espacio público donde buscan actuar esos seres y que entendemos como lo común “en cuanto para todos” y el espacio privado en cuanto “lo para mí”. ¿No será que esos seres avasallan lo que es “para todos” pensando en que “lo para mí” (en este caso de ellos)?
Puesto -como usted señala- paradojamente se apoyan en “querido vecino de nuestra comuna” con un desdén propio de sus aspiraciones…imagino que no quieren dejar la casa abandonada porque suponen, que, si no están ellos, alguien más aprovechará lo que pierden...
Sólo agregar que la comunidad del Cum (lo que vincula, lo que pertenece a varios) , munitas ( obligación ,deber, lo que hace falta) es decir “los vinculados por algo que falta “ , a la que pertenece el vecino o la vecina podría ser justamente el espacio que disputan esos seres -que como usted atinadamente señala- “ de ignota ascendencia” pero con domicilio partidario conocido ...
Le felicito. Un abrazo.
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