Érase una vez que Penco tenía un lindo bosque de añosos pinos color verde botella, que se habían convertido en el fondo visual de su balneario. La vista terminaba allí en la loma donde se levantaban silenciosas dichas coníferas. Su quieta y bondadosa presencia estaba en mente de miles de personas. Pero, de súbito, la realidad se hizo distinta.

Los pencones a la distancia presenciamos con impotencia como caen uno tras otros los pinos que hemos visto allí toda la vida. Cuántas aves se quedan sin sus espacios de descanso: guairabos, jotes y otras especies menores que tendrán que mudarse a otro sitio.
¿Y por qué tanto apuro por talar esos pinos? Porque uno de ellos cayó sobre una casa y el SERVIU para evitar pagar una indemnización, optó por cortarlos todos, teniendo clara conciencia que la mayoría de ellos no constituía peligro para nadie. Y el contratista feliz por ganar dinero apuntó sus motosierras contra la mayoría. Una cosa es la prevención razonable frente a una amenaza y cortar los pinos peligrosos, pero otra cosa distinta es arrasar el bosque completo sin tener en cuenta ninguna consideración como la ecología, la estética y las sensibilidades colectivas. Desde este blog apoyamos a quienes se han opuesto a la tala de los pinos como Víctor Hugo Figueroa y Eric Forcael.
1 comentario:
Felicitaciones por tu Blogger.
Lamento mushisimo que estos arboles que eran parte de las postales de nuestra comuna sean talados, siempre hay alternativas para evitar este tipo de tragedias. Recuerdo que hace unos años atras se hablaba de un parque que se realizaría en ese lugar, Lamentablemente ya no queda nada de eso... Es triste ver como se ha ido perdiendo la identidad Pencona...
Carola
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