domingo, septiembre 26, 2010

HÉCTOR BOERI, UN ITALIANO QUE VINO A PENCO PARA QUEDARSE

Nota de la Redacción: La "Casa Boeri" fue conocida por muchos años en Penco. Su dueño, el comerciante de origen italiano Ettore (Héctor) Boeri, atendía directamente a sus clientes tras el mesón con su acento genovés inconfundible. Como lo muestra un aviso publicado en la prensa de Concepción en 1948 y que aparece en este post, la tienda era muy variada y surtida. Don Ettore fue un gran colaborador del deporte de Penco, disfrutaba con los clásicos del fútbol local: Fanaloza-Coquimbo CRAV. Soñaba con que la comuna aprovechara la oportunidad de desarrollar su borde costero hasta Lirquén al estilo de la riviera francesa, reconocía el potencial turístico de la playa y amó a Penco como todos los extranjeros que llegaron a instalarse en la comuna. Y don Ettore vino para convertirse en un vecino más. Sus padres y familiares quedaron en Italia. Cuando viajó a Chile a edad muy temprana corrió riesgos, incertidumbres y enfrentó con coraje la aventura. A continuación presentamos la colaboración del ex alcalde de Penco Víctor Hugo Figueroa, quien redactó a solicitud de este blog una semblanza de Ettore Boeri, con la colaboración de la familia del recordado comerciante italiano. Agradecemos el texto así como las dos imágenes facilitadas para esta publicación: el aviso del periódico y la foto de Ettore en su tienda junto a su hija Gina y su hijo Vittorio. Gracias.


BREVE RESEÑA DE DON HÉCTOR BOERI



















Por Víctor Hugo Figueroa (ex alcalde)

                    Al igual que varios inmigrantes italianos Don Ettore Boeri Arrigo, fue uno de los comerciantes más antiguos de Penco, “Don Héctor”, formó familia junto a Doña Amelia Zappettini Pietrini, muchos la recuerdan a ella como una mujer dulce y sencilla. Don Héctor fue muy querido y reconocido durante los 59 años que atendió la famosa “Casa Boeri”, ubicada en la esquina de Robles con O”Higgins. El nació por allá por 1909 en el Norte de Italia, en la Comuna de Arma di Taggia, Provincia de Liguria. A sus catorce años sale de Italia, escapando de su destruido país al finalizar la Primera Gran Guerra, por allá por 1924.

                    Su viaje por barco, lo hace junto a un adulto conocido de la familia, cuando llegan al Puerto de Buenos Aires el acompañante del pequeño Ettore, es arrestado por la Policía Argentina, enfrentando cargos de contrabando. Es así como Ettore queda solo en la Capital Trasandina, al día siguiente decide viajar a Chile en busca de algún familiar que tenía en el Sur. Llega a Santiago mediante el Tren Trasandino, y luego a Concepción a colaborar como Junior en el almacén “La Princesa Mafalda”, de propiedad de su tío Honorato, hermano de su padre Giusseppe Boeri.
                    Al poco tiempo, se independiza y se traslada a Penco, abriendo su almacén el año 1937, casándose un año después con Doña Melita, a quién conocía años antes en reuniones familiares de italianos residentes en Concepción. Don Héctor es recordado como una persona íntegra, cariñosa y amable. En los años 50 colaboraba con premios al ganador del duelo Coquimbo Crav v/s Fanaloza, en la competencia local.
                    Muchos recordarán la famosa vitrina de la “Casa Boeri”, por calle O”Higgins, cuando a propósito de fechas importantes como Fiestas Patrias o Navidad, habilitaba un muñeco vestido de huaso o de viejo pascuero, quién a través de un rudimentario sistema de cuerdas, solicitaba a sus hijos Tito y Vittorio, tirar la cuerda para simular movimientos y dar vida al curioso personaje.
                    El negocio de Don Héctor, el cual vendía los más variados artículos, desde un colchón, pasando por aceite, botones y zapatos, fue atendido por el mismo hasta su sensible fallecimiento el año 1996, a la edad de 86 años.

FOTOS ADJUNTAS:
-Don Héctor en su Almacén junto a sus hijos Vittorio y Gina (1950)
-Recorte Periódico “Clásico” (1948)

sábado, septiembre 25, 2010

BARRIOS TRADICIONALES DE PENCO



EL RECINTO DE LA REFINERÍA
El recinto de la Refinería fue desde sus inicios el barrio alto de Penco. Se accedía por un gran portal con barrera resguardado por celadores. Mientras algún automovilista esperaba que le cedieran el paso podía oír los compases del orfeón de CRAV, porque junto a las garitas de los guardias estaba la sala de ensayos de la banda. Los músicos se reunían periódicamente allí a practicar y ensayar sus marchas para sus presentaciones públicas. El recinto refinero tenía dos grandes referentes: la casa del administrador de la fábrica con un enorme jardín en la pendiente del cerro y que colindaba con el bosque. El segundo punto referencial era la parroquia del Cristo Redentor, desde cuya ubicación se bifurcan las calles. El recinto se jactaba y con razón de ser en sí mismo un excelente concepto urbano y arquitectónico construido sobre la base de las tendencias europeas de comienzos del siglo XX.
EL BARRIO MEMBRILLAR

El barrio Membrillar adoptaba ese nombre por el eje que comprende la calle del mismo nombre, que nace en la línea, se empina por el cerro hasta llegar a Penco Chico. Sin duda que el complejo de casas que vierten para el lado norte y sur del cerro se identifican con el barrio. Originalmente Membrillar en su entorno incluía la quinta de Recreo Paragüita muy cerca de Penco Chico. En su zona se encuentra desde la colonia el sitio que recuerda a la Virgen del Boldo. Una modesta ermita evoca el episodio de la aparición de la divinidad que salvó a la ciudad amenazada. En la parte más alta de esta calle existe una conexión con el recinto de la Refinería.
PENCO CHICO

El sector de Penco Chico también es un barrio clásico de la comuna. Situado en una pendiente, mira directamente hacia el norte, recostado al oriente de Penco. El barrio era quieto, ideal para las personas que buscaban vivir en la tranquilidad plena, característica que se perdió cuando la calle comenzó a usarse como una alternativa para salir de Penco en dirección a Concepción.
VILLARRICA

Villarrica se convirtió en un barrio con su progresivo poblamiento. Era el acceso nororiente de la comuna y conectaba con interesantes zonas rurales de Los Barones, Primer Agua, Agua Amarilla, Rafael y lo demás. Las primeras casas con las que se encontraban los campesinos y gente de los campos que venían a Penco eran las de Villarrica. Se dice que el camino de Villarrica fue el usado por los conquistadores cuando descubrieron Penco, la bahía y el resto de la zona. Los vecinos de este barrio disfrutan de una excelente vista y para este fin aprovechan el amplio mirador construido hace años en la parte alta de la calle Alcázar. Villarrica es el único barrio de Penco que tiene una gran escala de acceso.

PLAYA NEGRA
Playa Negra nació de la nada. Paulatinamente se fue poblando con los años gracias a los estrechos espacios que se abrían entre la línea ferroviaria y la playa. En consecuencia quienes primero llegaron allí eran familias de pescadores. Sus largos sitios que daban a la arena de color oscuro siempre albergaban botes, embarcaciones y aparejos de pesca. Una lectora de este blog narró una vez que las olas del mar se sentían tan cerca de la casa en invierno que parecía que las gotas de agua salada golpeaban los muros de su dormitorio.
BARRIO GENTE DE MAR

El barrio Gente de Mar se aglutina en torno a la antigua cancha del mismo nombre. El terreno de juego está tan cerca del mar, que si un defensor chutea para la galería, corría el riesgo de echar la pelota al agua. Zona de pescadores. Hace años, se podía ir temprano a la cancha para esperar a los pescadores que regresaban de la pesca nocturna. Las pescadas o merluzas que vendía allí nunca pudieron ser más frescas, apenas horas antes esos peces habían integrado cardúmenes en la bahía. En alambradas detrás de los arcos, los pescadores tendían los filetes para que se secaran al sol del verano. En distintos lugares del barrio Gente de Mar era posible comprar paquetes de pescada seca para guisos.
 
COREA

Las casas que se construyeron junto al camino viejo a Lirquén constituyeron originalmente el barrio Corea. El nombre se lo adjudicaron en los años 40 (1940-1950) suponemos por la fama de la guerra de Corea, en la que destacó el general Mc Arthur. Con los años el barrio fue absorbido por el desarrollo de Cerro Verde Alto. Muchas de las casas de Corea estaban entre los bosques de pino. El camino estaba adoquinado y en la parte más alta había un recinto al aire libre para fiestas. Dicen que allí se dieron a conocer los Hermanos Arriaga, un grupo musical de moda en aquellos años.
CERRO VERDE


Familias de pescadores y mineros poblaron el sector de Cerro Verde, esa bella y amplia explanada que se extendía desde la línea ferroviaria al mar. Durante muchos años a ese barrio sólo se podía llegar en tren, en bote o caminando por la línea. El camino propiamente tal era una huella sobre la arena, que quedaba cubierta con las altas mareas. Pasó mucho tiempo hasta que se pudo construir los accesos de que Cerro Verde goza hoy. Los habitantes de este barrio sienten una gran identidad propia y han tenido paladines, uno de ellos mister Campbell, un educador de trayectoria local. La escuela principal de Cerro Verde lleva su nombre. Junto con la actividad de pesca artesanal, allí hubo también un pique carbonífero. Mineros descendían al fondo de la tierra a extraer el apetecido carbón de piedra.
LIRQUÉN

¿Es Lirquén un barrio? ¡Es mucho más que eso! Pero, por respeto no podríamos dejarlo al margen de este recorrido territorial. Es un lugar pujante, con una excelente industria de vidrios planos, antiguamente con una gran mina de carbón. Gracias a las características de su rada de aguas profundas, Lirquén es un notable puerto natural. De antiguo el puerto Lirquén tiene renombre internacional. ¡¿Cuántos marineros de ultramar se fueron prendados de buenasmozas lirqueninas?! Nadie podría desconocer lo famoso que es un barrio chino, su mirador, su quieta playa y el sector de la Cata, junto a la línea férrea rumbo a Tomé. Lirquén alcanza de por sí mismo una potente identidad propia.
 
COSMITO

Cosmito es un sector que con el tiempo adquiere vida urbana, luego de haber sido por años una granja. Sus antiguos edificios interiores propios de la actividad agrícola son un acierto arquitectónico. El camino perpendicular que lo une a la carretera tiene un arco interesante y característico. El fundo tiene varias construcciones en que destacan el estilo y sus tejas rojas. Cosmito tuvo un paradero de tren, había un pique de extracción de carbón de piedra y los pencones más antiguos recuerdan que Cosmito se hizo popular por ser un proveedor de leche fresca y hortalizas. Sus vegas inundadas por el río Andalién en agosto producían en forma natural sabrosos camarones.
 
                                                               PRIMER AGUA

 
En nuestra enumeración de los barrios no podemos dejar afuera a ese segmento rural tan importante de Penco: Primera Agua Arriba y Primer Agua Abajo, sin desconocer  Los Barones. La gente de Primer Agua es tan cálida y hospitalaria que merece con creces un comentario en este post. Aunque aislada por muchos años durante los inviernos, con un camino intransitable, sus pocos habitantes hacían esfuerzos sobre humanos para traer carbón y leña a Penco. Regresaban a duras penas con sus carretas de bueyes con mercaderías para subsistir. Primera Agua no puede quedar al margen de los destinos de progreso que se observan en Penco. 
 

FANALOZA Y EL GOLPE DE LA SILICOSIS

Cuando hoy la antigua vivificante industria Fanaloza se desploma por la acción de la naturaleza, por el descuido o por el olvido, hay que recordar realidades que afectaron a cientos de sus trabajadores durante su pasado esplendoroso. En la fabricación de loza se utilizaba caolín (arcilla blanca), un recurso extraído de depósitos naturales en los cerros de Penco. Con ese mineral y otros ingredientes se preparaba una pasta gredosa, material con la que se hacían las tazas, los platos, los azulejos y los artefactos sanitarios que dieron vida a la industria y a Penco. Pero, trabajar con caolín encerraba riesgos. El abundante polvo en suspensión en las faenas (mayormente silicato de alumnio) y la falta de medidas de prevención enfermaban a los obreros de silicosis. O sea, trabajar expuestos a esos materiales por espacios prolongados constituía un grave peligro. Había obreros que morían a causa de este mal al pulmón. Fabricar loza sin resguardos adecuados es por tanto una actividad de riesgo para la salud, porque la silicosis termina por ahogar a quienes la padecen, debido a que los pulmones se inundan de partículas microscópicas de sílice cristalina.

Enfrentados a este fantasma amenazante, considerado una enfermedad profesional, tanto la empresa como las organizaciones sindicales tuvieron que realizar acciones para mitigar los costos económicos y humanos de las tareas industriales. Por eso se aplicó un régimen de salud que alcanzaba a todos los trabajadores expuestos al riesgo. Se la denominó medicina preventiva la que consistía en someter a exámenes periódicos a los trabajadores. Quienes primero manifestaban los efectos de la silicosis eran aquellos que presentaban “sombras al pulmón”, según los médicos debido al material inerte depositado en sus vías aéreas.

La preventiva –como la gente llamaba entonces a ese programa de medicina laboral—determinaba el efecto de la exposición al polvo de caolín. Dependiendo de cada situación los pacientes recibían un tratamiento especial. Por esos años funcionaba en el Cajón del Maipo, en Santiago, un sanatorio especial para enfermos al pulmón (foto). Debió existir algún convenio entre Fanaloza, el mencionado hospital y el ministerio de Salud, mediante el cual trabajadores pencones con sombra al pulmón eran derivados a este centro para someterse a largos períodos de recuperación. La calidad del aire cordillerano y las medicinas aplicadas eran el santo remedio que permitía el retorno de los loceros al seno de sus familias en Penco.

Deben ser muchos los parientes de trabajadores de la ex Fanaloza que aún recuerden las largas ausencias de sus familiares, que debieron ser trasladados al Cajón del Maipo en busca de la salud minada por la traicionera fabricación de la loza. Aquellos trabajadores regresaron felices y recuperados. Pero, también existió otra cifra de obreros –silenciosa y desconocida-- que no alcanzó a recibir el tratamiento oportuno con las consecuencias obvias.

lunes, septiembre 20, 2010

PENCO Y BUENOS AIRES TIENEN SU CALLE TALCAHUANO


No son muchas las ciudades que tienen una calle Talcahuano. En eso Penco y Buenos Aires comparten el parecido. Esa calle (foto) corre paralela a la importante arteria Nueve de Julio, en pleno centro de la capital federal. Hay una buena cantidad de restaurantes y bares. Son algunas cuadras de pizzerías y bohemia. De allí que se diga “irse por Talcahuano” como sinónimo de andar semi curado.

En Penco, calle Talcahuano también tiene su historia. Fue la salida y la entrada de los productos de la Refinería de Azúcar. La esquina de Talcahuano con O’Higgins era una encrucijada de intensa actividad, un hervidero de transporte de la índole más variada. Por aquella puerta ingresaban camiones y el tren. Sí, el tren, porque junto a la vereda había un tendido de línea férrea que conectaba con el ramal de Penco y se prolongaba hacia el muelle proyectando calle Talcahuano al mar. Tres locomotoras livianas a vapor efectuaban el movimiento de carros que traían desde el muelle a la refinería el azúcar a granel procedente de los barcos.

La calle Talcahuano era un rechinar de fierros, pitazos, negros penachos de humo y el silbido duro del vapor escapando de los cilindros calientes de aquellas locomotoras aun recordadas por pencones. El paso de estos convoyes cortaba el tránsito en las calles perpendiculares Freire, Las Heras y O’Higgins y la duración de los cortes dependía de la velocidad que pudieran imprimir los maquinistas, la cantidad de carros que arrastrara el tren y lo despejado del flujo vehicular. Esta operación se repetía a lo largo de la jornada en varias ocasiones.

Debido al tendido de la trocha calle Talcahuano es hoy más ancha que las demás. Cuando se retiraron las vías quedó la huella. La municipalidad aprovechó el bandejón para hacer jardines durante un tiempo. Pero, la costumbre se olvidó y hoy el espacio que dejó el tren sirvió para ampliar la calzada.

Hay otras calles en Penco donde hay bares como para hacer el parangón con la calle Talcahuano Buenos Aires. Sólo uno hubo allí que fue un símbolo de la bohemia pencona. Estaba en la mitad de la cuadra entre Las Heras y Freire y se llamó El Pollo Dorado. Como no era una picada, sus precios estaban fuera del alcance de todos. Por eso sus empingorotados clientes mayormente venían de Concepción. Sin embargo, en Penco nunca oí el dicho bonaerense “éste se fue por Talcahuano”.

(Foto: en parte calle Talcahuano, de Penco, aun conserva las líneas del tren.)

domingo, septiembre 05, 2010

LAS SIETE MARAVILLAS NATURALES DE PENCO

Estimado lector y estimada lectora, me atribuí el derecho de elegir sin consultar lo que para mí son las siete bellezas naturales de nuestra querida comuna. Veamos...
1
El estero (o el río)
El estero de Penco cruza la ciudad recostado al norte de la calle del mismo nombre. Sus aguas cristalinas pudieron haber sido una de las razones por las que el conquistador Pedro de Valdivia decidiera emplazar aquí la antigua Concepción. Agua fresca y limpia para el consumo de la población y abrevadero de animales de labranza y de transporte. El flujo es constante durante todo el año, sus riberas generan abundante pasto, entre el cual es posible hallar vegetales comestibles como romaza o berros. Ya en la playa y dependiendo de las mareas, el río se expande creando un pequeño humedal. 
       En el extremo oriente de la calle Penco se formaba antiguamente un remanso rodeado de sauces llorones. La enorme poza servía a los vecinos para criar aves como patos y gansos. En las aguas del estero los niños pescaban peces pequeños con la ayuda de anzuelos improvisados. Después que las autoridades decidieran canalizarlo desde la plaza hasta la Planchada, en ocasiones el río servía como escenario acuático de carnavales de verano. Controlada la salida al mar con un dique de sacos de arena, el lecho se inundaba completamente sirviendo de curso navegable para pasear en bote y lucir a la reina del certamen.

2
El bosque de pinos (de calle Los Olivos en la parte alta del camino viejo a Lirquén.)
Hoy ese grupo de pinos añosos es un bosque urbano, desde cuya ubicación se tiene una hermosa vista de la playa de Penco, la cancha de Gente de Mar, la desembocadura del Andalién y la isla Rocuant. Para los amantes de la fotografía o los videos, las imágenes que se pueden lograr desde ahí incluyen los troncos de los pinos en primer plano, como si fueran oscuras columnas de algún imaginario templo clásico. (Parte del bosque fue cortado por orden de la ex autoridad edilicia. El nuevo alcalde ha prometido recuperar ese sitio).

3

El mirador de Lirquén (a la salida hacia Tomé.)
Ninguna vista de la bahía de Concepción incluidas la boca grande, la isla Quiriquina, Talcahuano y las tareas portuarias del puerto de Lirquén resulta más espectacular que desde ese sitio. Es una tentación detener el auto allí, observar o hacerse fotografiar. Los atardeceres ya sea en invierno o en verano son incomparables contemplados desde esa ubicación. El mirador es único para reflexionar y reconocer la belleza “de la mejor bahía de todas las Indias” (cita de Pedro de Valdivia en su carta al rey de España).

4
El fundo Coihueco
El acceso al fundo hoy está cerrado, pero no hace muchos años, se podía ingresar sin inconvenientes. Bastaba con caminar hasta el fondo de la calle Maipú y tomar la bifurcación a la izquierda. El camino seguía la huella del fondo de la quebrada junto al estero. Flanqueado por los cerros el camino serpentea por zonas estrechas y otras más amplias que dejan al descubierto pequeños valles llenos de hierbas aromáticas. El fundo es un pedazo de micro clima con un régimen de vientos particular. Rachas irregulares bajan desde lo alto trayendo fragancias de pino, eucaliptos y algunas especies autóctonas. La abundante zarzamora que crece en las laderas del estero entrega generosos racimos de berries a la entrada del otoño, una delicia de buscadores del fruto para fabricar mermeladas. En el fundo Coihueco el curso superior del estero Penco tiene reservadas una poza y un pequeño salto donde antes niños y jóvenes encontraban cualquier pretexto para bañarse a gusto.
5

Desembocadura del Andalién
El río Andalién que nace 42 kilómetros más arriba de vertientes, afluentes y aguas invernales guardadas por los bosques. Desemboca en la bahía de Concepción en el extremo suroeste de la comuna. Es uno de los límites geográficos de Penco. En su tiempo fue un agradable paseo y es posible que las bondades anotadas vuelvan algún día, particularmente si el fantasma de la termoeléctrica desaparece definitivamente. La boca del Andalién es la entrada y salida natural de aves silvestres y marinas que lo usan como referente para ingresar a humedales que surgen del mismo río en las inmediaciones de isla Rocuant. La boca del cauce genera un polo de atracción para peces. En esa zona son famosas las corvinillas, los róbalos y los lenguados. La desembocadura es un hermoso sitio para ver puestas de sol y respirar aire fresco ya se marino o ya sea campestre.
6
La playa de Penco
La playa pencona de arenas doradas debe ser una de las más amplias en la región. Su espacio acoge a centenares de veraneantes que buscan disfrutar del mar. Porque la bahía se convierte en Penco en una zona de aguas muy bajas y de olas pequeñas. Esta curiosa combinación sirve plenamente al propósito del turismo local y además no constituye amenaza para los niños. Con un buen plan municipal de aseo y campaña de limpieza, la playa de Penco es uno de los grandes orgullos de la comuna.

7

Primer Agua
Este entrañable lugar bucólico se encuentra a 10 kilómetros de Penco, siguiendo el camino de Villarrica. Es un entorno natural inigualable para hacer camping o disfrutar de un picnic. Primer Agua es un villorrio escondido libre de la contaminación de la modernidad. Abastece a Penco de carbón de madera, tan útil y económico durante la estación fría. De gran renombre son sus trillas a yegua suelta en el verano. Hay que visitar Primer Agua para conocer lo hermoso que es y lo que deberíamos hacer para desarrollarlo y cuidarlo como una pequeña joyita oculta, una exclusividad de Penco.


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OTRAS MARAVILLAS PENCONAS RECORDADAS DESDE VENEZUELA

Por Iván Ramos Castro
Es sorprendente descubrir lo maravilloso del entorno en donde hemos nacido y crecido. Lugares que siempre están presentes en nuestro diario vivir. Quién no recuerda el bosque de pinos de Playa Negra, ahora desaparecido y que mantenía a raya la desembocadura del río Andalién. Allí se reunían las familias a disfrutar de un asado al palo, pichangas de futbol y chapuzones en las mansas aguas de su playa. Durante el invierno, a pesar de los días fríos o lluviosos, el Coquimbo Crav entrenaba con su plana mayor de adultos y de juveniles, a la cual tuve el honor y la satisfacción de pertenecer. Tardes de entrenamiento duro y concentrado, allí estaban el "Chico" Pérez, los hermanos Pardo, el arquero Vial, Juan Reyes, Danilo Inostroza, "Minero" Vera, el "Pavo" Sandoval, el "Bigote" Venegas (hijo), el "Chueco" Pardo, Los hermanos Villegas, el "Viejo" Neira, Sánchez, Baeza, y otros como Los hermanos Pedro (el perro) y Miguel (Mickey) Vergara, de la calle Cruz. Entrañables compañeros de esas inolvidables tardes deportivas dirigidas por el eterno Juan Muñiz Vila (don Juan). Tampoco no se perdía ni un dia de entrenamiento don Juan Galloso, un humilde comerciante vendedor de pescados, quién sentía un gran apego y entusiasmo por la camiseta de nuestro club. De Playa Negra también eran o son, los hermanos Jara, yo era más conocido de "Tolé", muy buen boxeador, con una excelente zurda y muy sereno en el cuadrilátero, su hermano Enrique era marino y entrenador del club Naval. Otro centro de formidables combates eran los llamados chochos de esa playa, así como los tiros que suspiraban a un costado de los cañones del viejo fuerte de la Planchada, cuyo nombre concuerda al centro de toda discusión, pero esto es otra historia de la picaresca Pencona, Se podría agregar que el bosque de Pinos de Playa Negra fue una de las tantas maravillas de nuestra comuna al igual que sus chochos aledaños. Tal motel natural, gratis a toda hora tenía eso sí el inconveniente de las picadas de fieros tábanos que hacían su agosto por entre las nalgas al descubierto de las furtivas parejas. Tomando en cuenta el aspecto demográfico, se podría asegurar que la primera maravilla de nuestra comuna es su población, por su capacidad para resistir desastres de máxima envergadura, por su porfía a toda prueba ante la adversidad, lo que hace comprensible el que siendo una comuna fundamentalmente obrera, siga castigando a una pobre clase dirigente, votando para el cargo de Alcalde por un representante de la derecha. Felicitaciones Señor Alcalde, siga dándoles de nalgadas a esos apuntales, apuñales, perdón, apóstoles del divisionismo popular. Me parece que usted, es otra de las grandes maravillas de nuestra comuna, así sea oriundo de la región de la Mocha. Otra maravilla, esta vez en serio, es el monumento situado al centro de plaza, justo en donde antiguamente existía una hermosa pileta con pececitos de colores, además de un viejo fotógrafo y su máquina de cajón. Este el, un señor muy paciente, siempre con un cigarrillo entre los labios, sombrero y abrigo cafés. El arte de su fotografía, reveladas a la vista de uno era de por sí una maravilla, veíamos aparecer nuestras caras sobre el húmedo papel como viniendo del más allá. las fotos son excelentes y en los álbumes familiares de muchos están registradas. No recuerdo el nombre del fotógrafo (tarea de investigación para Nelson). Todo un artista el caballero. El último terremoto y tsunami que nos asoló, jamás podrá doblegar a esa primera maravilla que es nuestro Pueblo pencón, comuna que no se doblega ante nada y se niega a la adversidad. Penco es como un faro, en el que, cuando lejos del terruño natal, tras otras fronteras, en otros continentes por lejanos que sean, en los momentos duros y difíciles, nos levanta con su ejemplo, de perseverancia y sencillez.

sábado, agosto 07, 2010

PENCO ENSAYA MODELO POLÍTICO DE PROYECCIÓN NACIONAL

(foto El Mercurio)
Por Nelson Palma

En un discurso a los medios la noche de la elección municipal de 2004 el senador y entonces presidente de la UDI Jovino Novoa manifestó sorprendido y orgulloso algo así: “¡Hemos ganado el municipio de Penco!”. Lo dijo exultante a todo el país porque sabía que ganar Penco daba luces a la Alianza con miras a la Presidencia de la República. Novoa y su gente se mostraron muy optimistas aquella noche por el resultado particular. Y desde entonces la Alianza no aflojó el municipio de Penco.

¿Fue aquél un hecho curioso? Los políticos con auténtico ADN tienen ese olfato que les ayuda a poner las cosas en perspectiva. ¿Por qué Penco da las alarmas y sirve para vaticinar? Interesante. Sin duda por esta característica pencona fue que, el senador Eduardo Frei realizó una visita a nuestra ciudad con una propuesta.

La actual oposición al gobierno de Piñera, en el ámbito de Penco, tomó la iniciativa y –no sin esfuerzos y costos—puso en marcha una estrategia seria de unidad política inédita. El propósito apunta a elecciones primarias para nominar a un candidato, con el fin de ganar la alcaldía. Pero, al mismo tiempo la experiencia busca extrapolar el modelo a escala nacional. Este ejemplo pencón --afirman-- debe constituir un precedente.

Para tal efecto, el viernes pasado, el senador Eduardo Frei, realizó un vasto recorrido por los sectores más afectados por el terremoto en Penco acompañado de dirigentes políticos opositores regionales y locales. Estuvo en Coihueco, en la Cancha del Cura y en el Refugio. Conversó con los damnificados y hasta se dio tiempo para integrarse a la celebración de un cumpleaños de una señora mayor en uno de estos lugares.

Pero, junto con la visita, se selló un acuerdo político de amplio espectro que incluyó a los partidos de la Concertación y Juntos Podemos Más. En el acto hubo presencia de representantes del senador Alejandro Navarro y observadores próximos a Miguel Enríquez-Ominami. La idea es fundar --a modo de laboratorio político-- un conglomerado en Penco que vaya más allá de la Concertación. El compromiso básico es realizar primarias y el candidato electo recibiría el apoyo de todo el nuevo arco político.

El acuerdo se firmó en la Notaría de Alejandro Abuter. Junto al senador Frei estuvo siempre el concejal pencón Víctor Hugo Figueroa. Sobre la base de los considerandos, cada una de las colectividades podrá presentar un candidato a dichas primarias y quien resulte electo, recibirá el apoyo de todos los demás. De ese modo, la oposición espera recuperar la alcaldía de Penco teniendo en la mente su proyección a nivel nacional.

domingo, julio 25, 2010

UN URUGUAYO QUE DIO TODO POR PENCO


         Penco ha acogido a ciudadanos de otras partes del mundo, quienes han hecho su aporte al bienestar de los pencones en los ámbitos más variados. Uno de ellos destacó por el enorme impulso que le dio al deporte, en particular al deporte refinero. El nombre que permanece en el recuerdo de una gran cantidad de gente es el del uruguayo Juan Muñiz Vila, entrenador por muchos años de Coquimbo CRAV.
       Juan Muñiz nació en Paysandú y de joven se interesó por el fútbol. En su país se convirtió en arquero profesional, pero su sueño era llegar a ser director técnico. Alcanzada esa categoría y aun soltero miró hacia Chile y decidió buscar nuevos horizontes en nuestro país. Se instaló en Valparaíso y de ahí se fue a Iquique.
    De vuelta en Valparaíso, Juan Muñiz se vinculó con la Compañía Refinería Azúcar de Viña del Mar, CRAV, en el ámbito de su especialidad: el deporte. Alguien de CRAV le ofreció trabajo estable en Penco. De esa forma Juan Muñiz llegó a la comuna con el firme propósito de impulsar y organizar el deporte refinero. A cambio había un buen contrato y una hermosa casa en el recinto de la Refinería.
       Y se dedicó de lleno al propósito de su compromiso como DT de Coquimbo CRAV. Pero, no sólo eso, Juan Muñiz organizó la división de menores de la familia refinera, se hizo cargo del club deportivo, desarrolló el básquetbol potenciando el equipo masculino de Carvallo y también impulsó el baloncesto femenino. El quinteto de María del Río de la refinería tuvo su época de oro, bajo la conducción de Juan Muñiz. Tampoco descuidó el atletismo. No era extraño hallarlo en los bosques de Penco dirigiendo algún cross country. Muñiz hizo de todo y se entregó con todo. Nada más acertado fue el hecho de haberlo traído. Pero, él se enamoró de Penco.

Tenía una voz áspera. Hablaba con fuerza. No podía ocultar el acento del Río de la Plata. No comunicaba, simplemente ordenaba. Un tipo de acción de pocas sonrisas, pero de un corazón enorme. Los jóvenes le tenían un tremendo respeto, le creían. Juan Muñiz era querido por los niños y muy estimado por sus padres.
     Juan Muñiz vino a Penco y se quedó aquí para siempre. Miembros de su familia uruguaya lo visitaron algunas veces en su casa de la refinería. Llegó a ser un vecino conocido y renombrado. Coquimbo fue cinco veces campeón al mando del uruguayo. A los 76 años una trombosis selló su vida tan fecunda y recordada. Sus restos descansan lejos de su Uruguay natal, en una tumba en el cementerio pencón.

LA "REPÚBLICA DE PENCO" Y SUS HÉROES ANÓNIMOS



Por Iván Ramos Castro desde Isla Margarita, Venezuela

     El terremoto y posterior tsunami que asoló nuestra región se llevó estructuras no solo materiales, si no también mentales o espirituales. Impresiona ver como edificaciones emblemáticas para el deporte y la cultura de nuestro pueblo o ciudad en particular se vinieron abajo y para siempre. 
         El teatro CRAV y el sector del Gimnasio y del Casino, cuantas experiencias y buenos recuerdos, de esfuerzo por conquistar logros en deportes como el fútbol, el básquetbol, el boxeo y el atletismo. No voy a nombrar a ningún deportista estrella, pues los tuvimos e igual los seguiremos teniendo, pase lo que pase. Pero así es el devenir tanto en lo humano como en la naturaleza.                 Acá en Venezuela se acuñó una frase dicha por el Libertador Simón Bolívar, a raíz del terremoto que asoló a Caracas en la época de la independencia: "si la naturaleza se opone a nuestros designios, lucharemos contra ella y haremos que nos obedezca..." Y es lo que calladamente nuestra porfiada estirpe penquista originaria ha estado haciendo por siglos para no desaparecer del mapa, ya sea por causas naturales o por mano del hombre mismo. 
       Me alegró mucho ver la escultura del maestro Pereira sacudiéndose las algas en medio de la Plaza, el fuerte la Planchada y la iglesia junto a su campanario sin mayores daños. Lo terrible en daños materiales afectó al grueso de la población que vive en las partes bajas y a orillas de la línea férrea, cuya altura aunque escasa creo evitó un desastre mayor. Sí, con la demolición de las antiguas edificaciones, se nos va algo muy querido y la nostalgia nos atrapa con sus cadenas reaccionarias y devotas por el pasado. 
         Pero, no podemos negar un nuevo comienzo, la oportunidad de hacerlo aun mejor estemos donde estemos, negarnos a morir y echar hacia adelante sin desmayar. "El presente es de lucha, el futuro es nuestro" expresó una vez el comandante Ernesto "Ché" Guevara. Qué mejor señalamiento para entendernos en esta hora de retos y conflictos aun sin resolver en la historia. Creo que también ya pasó esa hora en donde "Conce que p'allá y Penco pa'cá. Las vías de comunicación han acortado tanto las distancias que todo está a un paso de la metrópoli del valle de la Mocha. 
         Ya pasó la hora de los sueños aquellos en donde en el patio del colegio discutíamos sobre la conveniencia de establecer la república independiente de Penco, teníamos bosques, agua en abundancia, minas de oro y plata que nadie ha buscado en las patas de los cerros, pesca y paisajes. Tremenda república que hubiera salido en esa época, el único problema era el de liderazgo: ¿quién sería nuestro primer Presidente? ¿Estarían los Carabineros de acuerdo para integrarse a la nueva fuerza armada, con los bomberos y boys scouts de fuerza auxiliar? Ya teníamos al guatón Jaime Godoy como Presidente interino, aunque por aquel entonces, estaba afanado desenterrando restos humanos en un galpón de la refinería.         Y así, entre fantasías y realidades, de cualquier índole, de quemadas de espinazo, infidelidades y secretos a voces, de amistades fieles e infieles, se fue tejiendo nuestra historia. Tenemos héroes a la vuelta de la esquina, héroes de verdad luchando por desarrollar a punta de voluntad el deporte, la cultura y la sana convivencia en los barrios de nuestra comuna y más allá, ellos son el verdadero tesoro que hacen de Penco, siempre.

domingo, julio 18, 2010

TODA UNA HISTORIA BORRADA DE UN PLUMAZO

Mi amigo Luis Méndez Briones me ha hecho llegar estas fotos que nunca imaginé que vería en mi vida. El Teatro CRAV y el Club Deportivo fueron borrados de la faz de Penco. Cuántas historias, cuántos pololeos, cuántas promesas de amor, cuántos bailes, cuántas veladas de boxeo, cuántos partidos de básquetbol, cuántos banquetes y comilonas con la demolición se fueron directo al olvido. Yo diría que buena parte la cultura misma de Penco se manifestó allí. Las tallas más geniales y oportunas hasta gestos de cortesía, gentileza o reconocimiento conocieron esos muros.

Los camiones de demolición se llevaron sin saber, infinitos recuerdos en cada ladrillo retirado del lugar. Y para qué seguir. Arriba, dos de las imágenes que me enviara Luis. Abajo, una foto de archivo del teatro tomada después del terremoto del 27 de febrero y más abajo el espacio que dejara el edificio demolido. Agrego al final el texto de Luis y le agradezco a través de esta publicación la sensibilidad de su nota y las fotografías.



Estimado Nelson.
Hace pocos días presenciamos el fin de tantos y tantos recuerdos. El teatro CRAV y el Deportivo Refinería sucumbieron al terremoto y a la picota. Se hizo efectiva la amenaza y ocurrió. Para muestra van las fotografías que te adjunto. Solo quedan en pie los recuerdos de tantos pencones de corazón. Las heridas tomarán mucho tiempo en sanar.

Con afecto, un abrazo.

LUIS MÉNDEZ BRIONES

PS: Para los amigos pencones que pasaron su infancia y juventud en el cine CRAV, que hoy es un recuerdo y que se aprecia en la penúltima imagen de archivo, estaba en el lugar donde se observa el camión junto al árbol, en la esquina de las calles San Vicente y O'Higgins.

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Recuerdos del Cine Crav:

¿Quién pololeaba con quién?

Colaboración de Gabriela Álvarez

Me recuerdo de la sala, con la peculiaridad de estar la Galería abajo, y la Platea más elevada, de los gritos de los parroquianos, cuando se cortaba la película, “ya pus cojo”, entre otros epítetos, (ese era don Andrecito, que parchaba y parchaba películas con acetona) y todos zapateando en el suelo de tabla, como forma de protesta y para que decir, de las rechifladeras ensordecedoras.
Recuerdo también como mirábamos los afíches y nos preparábamos para el o los próximos estrenos, una vez en la fila a sacar la entrada, siempre era la misma señora que las vendía y que en ocasiones estaba el señor Puente merodeando y a algunos conocidos nos dejaba pasar gratis… y enseguida a correr por la pasarela empinada y llegar rápidamente a buscar un buen asiento, para una mejor ubicación. Y todo empezaba con “El Mundo al Instante”, para que decir cuando las películas eran triples, pasábamos y amenizábamos interminables tardes de lluvia y frío, felices viendo películas, varias en blanco y negro por cierto. También era cuando más comíamos pastillas de menta, violeta, masticables y algunos hasta llevaban cocaví de la casa.
En la última fila se sentaban los que iban a pololear al cine y lo que menos hacían era ver películas y era ahí donde a veces nos enterábamos quien pololeaba con quien.
Nunca olvidaré mi bella niñez en Penco, entre otros tan bellos recuerdos que atesoro, es el Cine Crav y hoy al enterarme de su demolición, no puedo más que sentir una lágrima en mi corazón.
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Carta de Glenda Hormazábal a Gabriela:

Gabita: Una vez más felicitaciones escribes muy bien y por Dios que nos emocionaste con los recuerdos del teatro y por supuesto que tb me remonté al pasado. nos identificamos con tu experiencia. Me hizo recordar que a la entrada había como unos brazos de cemento por donde nos resbalámos como toboganes. Te acuerdas que la platea con la galería (que tenía bancas de madera) estaba separada por una pequeña división y nos pasábamos de un lado a otro. Lucho me cuenta que él tenía la obligación como hermano mayor acompañar a Lucy a la matiné (porque a la selecta era muy tarde ja, ja) que iba con su casi novio y no podían ir solos, por que era mal visto y ahí tocaba el violín todo el rato. Otras veces mi suegro le daba plata para que fueran todos y mandaba a Bernardo antes a sacar las entrada y éste sacaba galería para todos y se guardaba el dinero, por supuesto que para que no lo acusaran les compraba pastillas unas de pololeo y de a poco los iba pasando para platea, mejor dicho tirándolos de a uno, partía con la Uca, luego tiraba a la Inés y así hasta que terminaban todos más cómodos en platea viendo la película.
Nosotras, más grande ya, íbamos con Julio Méndez que nos iba a buscar a la casa, pues así nos daban permiso,los días sábados o domingo a la selecta, con Chely, Gerardo Aceituno, Laury y Noely Montecinos, los chiquillos Godoy las chicas Wong y en patota vimos algunas películas como Zorba el griego, El bueno el malo y el feo entre las que me acuerdo. ¡ Qué lindos e inolvidables recuerdos de nuestra infancia y juventud!
Cariños
GLENDA

Carta de Juan Oliveros, Santiago:
Señor Nelson Palma.
Estimado coterráneo, que bueno poder cibernéticamente hablando estar conectado con ud. y mi querido Penco. Quiero comenzar por expresar mi reconocimiento a su persona, por lo que ud. está haciendo informar de nuestra tierra y el acontecer que ocurre en ella nos hace muy feliz, soy un pencón mas que esta fuera de esta comuna maravillosa ,con ello simplemente me hace quererla aun mas , ya que en ella esta mi querida madre y mis queridos hermanos menores, mis sentimientos son tan grandes por esta tierra que me duele saber que nadie ni nada puede defender lo que es el patrimonio de nuestro pueblo, un recinto como el cine "Crav",el gimnasio, y todo lo que se refiere a nuestra pasada historia con tantos recuerdos, se vaya abajo como si nada. La historia de un pueblo la hacen las personas y sus construcciones ,Acabo de leer un articulo en el que se menciona a don Juan Muñiz (q.e.p.d.);si que fue un extranjero que nos hizo creer en la historia de nuestro pueblo ,estuve bajo sus ordenes cuando fue entrenador aun de en ese entonces "Coquimbo Crav",cuando aun la fabrica funcionaba, y ahí aprendí lo que un líder lleva a su gente a creer en el y seguirlo con la confianza de que vas por un buen camino ,amando y queriendo lo tuyo. Falta que ahora venga un negociante mas y decida construir algo a la orilla de la playa y echar abajo La Planchada para darles el gusto al negocio, amigo mío ,lo que le comento lo hago con sentimiento ,ya que conozco a la señorita(ra)Gabriela Álvarez, y sus comentarios son lo mas acertados ,al igual que la señorita (ra)Hormazábal ,les pudo comentar aun mas ,conocí muchos artistas Chilenos y extranjeros que actuaron en ese cine, y algunas otras películas que también dieron como las de Tarzán, el llanero solitario etc. Querido coterráneo soy Juan Oliveros Duran, de la familia Oliveros que vivía en calle Carrera estoy radicado en Santiago llevo 36 años fuera de mi Penco Querido como decía el Pato Renán en una de sus canciones nostálgico y dolido .Quiero mucho a Penco ,un saludo afectuoso.
Juan

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Carta de Enrique "Pin" Puentes, Australia:
Aló Nelson:
Un agrado saber de tí. Quedo a tus órdenes. De lo del Teatro CRAV me he enterado de sus detalles en tu blog y en el de Vivianne. Lamentablemente no he podido escribir al respecto, pero como todos, siento que algo importante de las vidas de los pencones, ha sido convertido en polvo. Lo grave, es que estamos hablando de los recuerdos, de la memoria viva de varias generaciones, que ya no tiene el espejo de lo que hicieron sus padres ni posibilidad de reclamar el despojo. Me sumo a esta herida a mansalva que ha recibido nuestro pueblo de parte de los desatinados y mercaderes que trafican con la cultura con afanes mezquinos y subalternos. Un abrazo.
Enrique

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Reconstruir desde la memoria

Nelson,
Entre otros correos de mis amistades de la Octava Región, y a raíz de lo publicado en tu blog ayer, recibí este correo de un amigo Profesor de Historia y tomecino y quise compartirlo contigo.
Saludos cordiales,
Gabriela

Querida Gabriela: con gran interés he repasado lo que me envías. Los recuerdos no terminan ni finalizan con un suceso, por muy terrible y desastroso que sea. El ejemplo de lo que está haciendo Nelson, es lo que hay que hacer hoy. Reconstruir desde la memoria. Esta, obliga a mantener viva la historia de nuestros pueblos, vidas, experiencias. Es como se hace historia hoy. Lo grave es no ser capaz de guardar lo más valioso que se mantiene en nosotros, a pesar de las catástrofes, nuestra memoria. A reunir fotos, testimonios orales, entrevistas, narraciones, etc, etc,.Para que de esta forma, lo que se niega a desaparecer, renazca cada día en nuestra memoria, en nuestros relatos, es decir, en nuestra oralidad…Saludos,
un abrazo, igualmente a Nelson...
Juan Manuel...

jueves, junio 17, 2010

LA ROJA DE TODOS VISTA DESDE VENEZUELA

Para todos los que alguna vez "la trapeamos" en alguna pichanga de futbol (aca se llama caimanera), no importa si con un balon de esos confeccionados a la rapida para aprovechar de "moverla" a la hora del recreo largo alla en el Liceo, o simplemente porque el ambiente en torno a este deporte nos lleva a meternos de tal manera, que muchos nos creemos con el derecho de recomendar la inclusion de tal o cual jugador en la Seleccion que nos representa en Sudafrica 2010. Por cierto, estoy confiado en que nuestro pais va a lograr una buena clasificacion en este Campeonato.


 Bielsa no iba a arriesgar su prestigio de tecnico por agarrar unos cuantos pesos mas para su bolsillo. De ahi mi tranquilidad al respecto. Pero pasando a lo que aca sucede, todo me parece extraño, por ejemplo, los descendientes de extranjeros residenciados en Venezuela, se reunen en clubes, tascas etc.., para animar a sus favoritos, criollitos franceses, criollitos italianos,criollitos españoles, criollitos alemanes, criollitos portugueses, crio chilenos, crio peruanos, crio uruguayos, crio argentinos, etc, todos sin excepcion, gritan, aplauden, lloran, patalean, cuando su equipo gana, empata o pierde, pero despues brindan y celebran igual Pascual. ¡Que pueblo tan raro! , de caribeños no tienen nada, o al menos de lo que nos han hecho creer como tal. En cambio en nuestro sureño pais, a pesar de mantener nuestra sana costumbre britanica de tomar el tecito a las five o``clock con tostadas y galletitas, celebramos a lo grande, en patota delirante y triunfalista nuestra victoria sobre esa gran potencia deportiva, llamada Honduras. Sin monospreciar a estos últimos, pues sus jugadores demostraron ser de cuidado aunque
mucho más novatos que los nuestros. En realidad nos alegró mucho este triunfo, nuestra Selección jugó como nunca, espero que ante Suiza nos robemos "el queso" y luego a los Hispanos les demos la estocada final, con la esperanza de que nuestros compatriotas celebren esos triunfos como verdaderos "caribeños", sin desmanes ni atropellos, sin resentimientos oscuros, si no, alegremente, sin tanta enajenacion y marginalidad, sin confundir las cebollas con las batatas. Deporte es deporte, union, amistad, sentimientos que perduran en el tiempo, es compartir, es recordar lo bueno que nos dejo el futbol a nivel social en nuestra comuna, descritos tan bien en este blog en paginas anteriores, de verdaderos deportistas, como don Jose Riquelme y don Don Juan Muñiz Vila, el primero criollo y penquista (de Penco) y el segundo de la República Oriental del Uruguay. En esto, debemos sentirnos orgullosos de ser pencones o penquistas, ajenos a los excesos los capitalinos. A propósito de Uruguay, su capital es... ¿y qué significa tal nombre...?, y... ¿le ganaremos a Uruguay... en la final?
Iván Ramos Castro

lunes, junio 14, 2010

UNA TROMBA: OTRA MANIFIESTACIÓN DE LA NATURALEZA EN PENCO










Un espectacular torbellino --o tromba marina-- se observó cerca de las 09:30 horas de hoy 14 de junio de 2010 en la bahía de Concepción. Este video grabado por Camila Osses Paris desde un cerro de Lirquén es un testimonio de una nueva manifestación de las fuerzas de la naturaleza en la zona de Penco.
No es raro que en días de invierno se presenten fenómenos como éstos en el área de la bahía pencona. Una tromba de características similares se registró a mediados de los años sesenta más cerca de la costa. A diferencia de la registrada hoy, en aquella oportunidad el tornado avanzó hacia tierra firme e impactó con fuerza en Cerro Verde Alto, cuando allí sólo había bosques, quebrando y arrancando decenas de pinos.
Junto con dejarse grabar, la tromba de hoy también se dejó fotografiar. Las fotos las publicó el diario La Estrella de Concepción. El texto impreso en el vespertido penquista es el siguiente:
'Las fotografías captadas por Tatiana Pérez Castillo muestran una secuencia digna de las mejores películas de Hollywood. Pero lo que se ve en estas imágenes no es un efecto especial. Es una auténtica tromba marina registrada a eso de las 9.15 horas de esta mañana, en la Bahía de Concepción, frente a la comuna de Penco.
Según contó la misma trabajadora que se anotó el acierto: “Con una colega fuimos a revisar el estado de las embarcaciones que se encuentran fondeadas en muelle Uno del puerto Lirquén. En eso nos dimos cuenta que se estaba formando esta especie de ‘minitornado’ frente a la isla Quiriquina. Fue ahí donde sacamos la cámara y empezamos a tomar fotos. Pensamos que le podía pasar algo al barco, pero por suerte no ocurrió nada grave”.

El fenómeno se extendió por aproximadamente cinco a siete minutos. Las autoridades no indicaron que se produjeran daños ni víctimas a causa del fenómeno.

miércoles, junio 02, 2010

LA ÚNICA OPCIÓN DE UNA ENTRADA LIBERADA EN PENCO

         El cine Alcázar de Concepción (en la galería universitaria) estaba pegado por semanas con alguna película mexicana o española. En realidad eran meses, que ese cine proyectaba una y otra vez títulos como La Violetera, Marcelino Pan y Vino y otras producciones de ese estilo. Sólo el teatro de la Refinería de Penco variaba su cartelera con acelerada frecuencia. Dos días o tres era lo máximo que una película permanecía disponible para el público. Y esto era una ventaja, porque quien quisiera repetirse el plato tenía la opción de ir al cine Alcázar, de la vecina Concepción.
        De ese modo, los pencones amantes del cine disponían de un menú audiovisual variadísimo de lunes a domingo. La función que llenaba la platea y la galería era la nocturna por la comodidad de asistir cuando la jornada laboral había terminado y porque no había otro modo de matar el ocio de las horas finales del día salvo conversar en grupos, tomarse un trago o permanecer con la oreja pegada a la radio. Entonces el cine era una gran opción.
         La última función finalizaba a la medianoche. Era increíble ver a esa hora una masa humana marchar en procesión a sus domicilios, caminando por el medio de la calzada. No había autos en Penco a lo más tres o cuatro y el transporte interurbano a Concepción quedaba reducido a un bus cada una hora en el trasnoche. En consecuencia, la calle pertenecía por completo a la gente a pie. La procesión se iba disolviendo a medida que más se alejaba del teatro. Al llegar a calle Infante con Freire el grupo se reducía a unas veinte personas, las que en ese punto se bifurcaban entre las que seguían por el camino al sector del cementerio y Lirquén y aquellos que endilgaban rumbo a Cerro Verde. Todos caminando, por cierto. Y esto era así inverno y verano.
       El cine anunciaba su cartelera en unos paneles de un metro ochenta de alto por noventa centímetros de ancho, superficie donde pegaba el afiche de la película y arriba en el cabezal del anuncio un enorme HOY en letras azules. Estos paneles con forma de pendones eran amarrados con alambre en torno a postes del alumbrado público en esquinas claves como Penco con Freire y alguna otra. El cine pagaba con una entrada liberada a quien llevara el panel de regreso al teatro a última hora del día. Era de imaginar las peleas que se armaban entre los adolescentes por llevar el letrero al cine. Siempre se imponían los más corpulentos y agresivos. Así la opción de una entrada liberada se reducía a uno o dos mocetones que se daban el gusto de ver cine gratis aunque repetido todos los días...
       Me informan unos amigos pencones de la existencia de un personaje conocido como "el Curruncho", encargado por el teatro de dar explicaciones al público presente en la sala cuando la película no llegaba, pese a los anuncios. "Curruncho" daba la cara y a cambio recibía una lluvia de objetos y una sarta de garabatos. Acto seguido aparecía otro señor, don Carlé, quien informaba a los presentes de la exhibición de una película de reemplazo. El teatro tenía su cartita bajo la manga: una cinta sobre fantasmas. El plan B funcionaba y así no devolvía el valor de las entradas.

viernes, mayo 21, 2010

FUNERAL CON CARROZA Y CABALLOS CON CRESPONES NEGROS

Un funeral en Talcahuano, similar a los que se realizaban en Penco. Foto obtenida de Chile del ayer, en Internet.
         Durante mucho tiempo –me refiero al siglo pasado– los funerales en Penco se podían dividir en tres categorías.

        En los de tercera clase, si se nos permite el juego de palabras, el difunto era trasladado en carreta de bueyes. De ese modo llegaba el cortejo al cementerio. Eran los funerales que provenían de los campos cercanos.

        En los de segunda clase, el fallecido era llevado al cementerio en un carro de cuatro ruedas. El sindicato de Fanaloza disponía de uno. Se trataba de una cureña que se guardaba en un patio del gimnasio entrando por calle Freire. Los deudos iban allí a retirarlo el día del funeral. Ya en el domicilio del difunto –porque mayormente los velatorios se realizaban en las casas el ataúd era cargado en la cureña el que se cubría con flores.

      Varias personas se turnaban para arrastrar el carro mortuorio. Es cosa de imaginar los esfuerzos que todos los deudos tenían que hacer en la subida del camino a Lirquén para vencer la fuerza de gravedad y evitar que el vehículo se moviera en reversa. Se necesitaban brazos y manos para llegar al campo santo.

     Y estaban los funerales de primera categoría. En tal caso los familiares contrataban el servicio de empresas del rubro. La más conocida en aquellos años era la penquista Pompas Vinet.

     Vinet se encargaba de todo: traía el ataúd, los candelabros y otros ornamentos fúnebres. Pero, lo más espectacular se producía el día del funeral. Desde Concepción Vinet despachaba una carroza tirada por cuatro caballos. Los animales eran negros y estaban recubiertos con una malla del mismo color. Sobre las tusas llevaban crespones de luto. Guiaba el suntuoso vehículo un caporal vestido ad hoc con un sombrero de copa.

Esta clasificación funeraria hoy día ya no existe.
Un funeral en Penco en los 60, ya habían dejado de usarse las carrozas con caballos.

jueves, mayo 20, 2010

RECORDANDO AL PESO COMPLETO DEL BOXEO PENCÓN


     Manuel Arce Villagrán fue un boxeador de peso completo que ganó por knock out muchas peleas en los gimnasios de Refinería, de Fanaloza y en el Lord Cochrane de Concepción. Quienes lo vieron pelear en los años de oro del boxeo en Penco, a finales de la década de 1950, lo recuerdan como un tipo alto, corpulento y de una certera y demoledora pegada. Un gancho de derecha de Arce en el rostro del rival le significaba a aquel caer a la lona. Por esos atributos físicos formidables arriba del ring, Manuel Arce era temido.  Fuera del ring, Manuel Arce era un tipo pacífico, trabajaba en Fanaloza como obrero, tenía su familia y vivía en calle Alcázar, frente a la población Perú. Hay quienes afirman que durante un tiempo también se desempeñó en la Refinería. Lo cierto es que Arce trabajaba, entrenaba y peleaba en las recordadas veladas de boxeo en Penco. Era un púgil renombrado. Otro boxeador de gran renombre, pero con residencia en Concepción, era Alejandro Cacharro Thibaud. En una oportunidad Cacharro se refirió a Manuel Arce como uno de los rivales regionales más difíciles que le correspondió enfrentar. Cacharro defendía los colores del Lord y posteriormente peleó por el club de Ferrocarriles. Thibaud, un boxeador de peso completo, practicaba el deporte, vivía del negocio de las máquinas de escribir porque era representante de Olivetti en Concepción y además hacía relaciones públicas en el café Llanquihue con periodistas. Siempre salía con alguna talla digna de celebración. Tenía harta prensa, incluso hasta hoy, cuando ya no está. Era típico verlo con un maletín café, un terno gris y la cabeza bien rapada. Cacharro aparecía periódicamente en los diarios comentando sobre todo. Era un opinólogo. Pero, arriba del ring se desempeñaba como un maestro. Y he aquí cuando tenía que enfrentar a Manuel Arce, Cacharro lo pensaba dos veces. Entonces en el cuadrilátero adoptaba la táctica clásica de boxeadores ante adversarios complicados: peleaba empaquetado. Esto es que saltaba, se movía y cuando venía el temporal de golpes se agazapaba o abrazaba al rival –Manuel Arce en este caso--. Eludía así la paliza porque el árbitro intervenía y lo salvaba. Arce tenía un pequeño defecto en la cara producto de algún accidente. Tenía un corte en uno de sus pómulos. Mirarlo de frente era ver dos ojos oscuros, uno de ellos afectado por la cicatriz. Para justificar una derrota por puntos ante Arce, Thibaud dijo a los medios de prensa en broma y en serio: “Es que aparte de ser bueno para los combos era un tipo tan feo que daban ganas de salir arrancando”.  Sin duda Thibaud le tenía miedo... A través de una nota, el nieto de boxeador pencón Juan Toledo Arce, nos ha enviado la fotografía que acompaña a esta publicación y nos aclaró la causa de la muerte de su abuelo materno pues habíamos cometido un error. El gran púgil de Penco falleció por un paro cardíaco durante una intervención quirúrgica de apendicitis programada. Valga esta aclaración para que el recuerdo y el reconocimiento de Manuel Arce Villagrán no se pierda en el vacío.
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COMENTARIO TOMADO DE FACEBOOK

Pedro Arriagada
Este boxeador, compañero de trabajo y amigo a la vez de mi papá, cierta vez juntos encontraron a una niñita en la calle solita, llorando y con una botella para el aceite quebrada. La habían mandado a comprar y al quebrar la botella se daba por hecho sería castigada regreso a su casa. Este boxeador se acerco a la niña, le consultó el motivo del llanto, la tomó de la mano, la llevó al negocio y ahí compro botella y aceite para salvarla del castigo y el miedo. Él y mi papá venían de una bodega.
Eran otros tiempos
El día que murió Don Manuel Arce, vi llorar a mi papá al llegar a la casa del trabajo.

viernes, mayo 14, 2010

SELLAN EL DESTINO DEL TEATRO CRAV

Hemos recibido una nota que nos da luces sobre un proyecto urbanístico que sellaría la suerte del antiguo Teatro y Deportivo de CRAV. Las fotos y el texto que reproducimos más abajo nos los hizo llegar Paula Ignacia Ulloa Aguayo. Desde ya agradecemos la colaboración de nuestra lectora.



"Hoy supe algo terrible, el teatro CRAV va a ser demolido, y según expertos de arquitectura e ingeniería , la estructura es recuperable y mejorable. Sin embargo los nuevos dueños del terreno, la "CORDEP" de la "Cámara Chilena de la Construcción", ha pedido la demolición del edificio a la municipalidad.
Se nos va un Dinosaurio de Penco... el terremoto de a poco demuele nuestra identidad de Pencones. "

sábado, mayo 08, 2010

¿QUÉ TUVO QUE VER SIR ISAAC NEWTON CON UN BAR DE PENCO?

Sir Isaac Newton.
En calle Chacabuco entre Freire y la estación ferroviaria existió un restaurant modesto, pero que dentro de toda su modestia tenía un nombre rimbombante: Restaurant Newton. Era probablemente el nombre más original de los negocios del ramo que hubo en la ciudad, entre los que se recuerdan El Pobre diablo, El Capri, el Radical, el Pollo Dorado, El Imperio, La Bahía y otros.

La gente pronunciaba ese nombre con traducción local: Neuton. El Newton no tenía aires de grandeza. En ese sentido era un local piolita. Lucía una desteñida puerta de doble hoja y disponía de una sola ventana que daba a la calle Chacabuco.


La calle Chacabuco, donde funcionó el "Newton".
¿Qué tenía en común el ilustre científico británico Isaac Newton (1643-1727) descubridor de la ley de gravitación universal con ese restaurant pencón de bajo perfil?

¡Nada!

Si buscáramos una explicación concluiríamos que seguramente su propietario tuvo en mente homenajear al científico y filósofo poniendo su reconocido nombre en el frontis de su local.

Si bien la idea fue buena y la intención mejor, lo que su propietario no tuvo en cuenta era que su público --gente también modesta--, no pronunciaría correctamente la palabra. De allí que los clientes se citaban para una caña de vino pipeño no en el Newton, sino que el Neuton.